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El parón del mercado del ladrillo en España y la crisis financiera que ahora al endeudamiento de las inmobiliarias han provocado que invertir en la mayoría de estos valores sea como jugársela a vida o muerte. Ésta auténtica ruleta rusa en la que se encuentra el sector presenta matices y diferencias en función de las empresas, pero en algunas es factible ganar algún dinero
No se sabe cuál es el origen de la ruleta rusa. Hay muchas leyendas sobre este juego de vida o muerte. La mayoría de ellas ubican su origen en Rusia. Se dice que en el siglo XIX los prisioneros eran forzados a jugar a este juego, de manera que se ponían un pistola, se le sacaban todas las balas excepto una, giraban el tambor y disparaban contra sus sienes. Una imagen que se ha visto en muchas películas como de El Cazador, donde los soldados de la guerra de Vietnam eran aficionados a este juego.
La sensación que podían experimentar los participantes de este juego puede ser parecida a la que experimentaría un inversor a la hora de decidir en qué inmobiliaria española cotizada depositaría sus ahorros. El parón del sector residencial en España, así como una nueva Ley del Suelo y la crisis financiera que está estrangulando el crédito de las empresas del ladrillo y frenando operaciones de inversión, son los principales factores que han hecho tambalear a las inmobiliarias en bolsa y en más de una ha provocado su derrumbamiento, como Colonial.
Qué valores perderían
Ante este panorama, ¿qué valores inmobiliarios se salvarían de la ruleta rusa? Cinco: Colonial <:CAR.MC:>, Realia (RLIA.MC), Renta Corporación (REN.MC), Parquesol (PSL.MC) y Martinsa (MTF.MC). La cotización de estas empresas está por debajo del precio objetivo marcado por el consenso de mercado, según FactSet, incluso el inversor podría ganar dinero con el recorrido que algunas tienen. Aunque con matices. Mientras, con el resto de las compañías esa relación es inversa, de manera que el precio de la acción actual está por encima del valor teórico. (Ver gráfico adjunto). Un factor propicio para que el inversor reciba las papeletas que incluya la única bala de la pistola.
Extraño, pero en este juego no entraría Colonial, pues el valor todavía tiene un potencial de desarrollo de más del 87 por ciento, ya que el precio objetivo del título se sitúa en 1,54 euros, según Facset. El inconveniente de este valor es la incertidumbre sobre su futuro. Se prevé que las entidades financieras tomen el control de Colonial, por lo que el plan de negocio está en el aire, aunque los rumores que asoman es que venderán la filial gala SFL o el 15 por ciento de FCC (FCC.MC). Operaciones que adelgazarían el negocio de Colonial y, por lo tanto, su valor tanto inmobiliario como bursátil.

Realia y su participación
Realia tampoco participaría en la ruleta rusa. Su proyección bursátil es del 47,36 por ciento. Desde su salida a bolsa, la inmobiliaria siempre ha sido el pato feo. Su debut no fue en el mejor momento (junio de 2006), la desaceleración del sector ya era patente. No obstante, sus dos accionistas (Caja Madrid y FCC) transmiten tranquilidad y también es positivo su bajo endeudamiento.
Lo mismo ocurre con Renta Corporación. El hecho de que su actividad (transformación de los edificios) está desligada de los ciclos inmobiliarios residenciales y su fuerte negocio internacional concede un recorrido al valor del 37,1 por ciento. A pesar de ese potencial, hay que tener en cuenta que el grupo ajustó a la baja a principios de año sus objetivos. Habrá que ver su evolución.
Martinsa Fadesa sería otra de las afortunadas alejadas de la ruleta rusa. Su trabajo le ha costado pues logró que la banca le aplace en tres años el pago del préstamo principal. Durante este periodo, la promotora pondrá toda su maquinaria en marcha para hacer caja con la venta de pisos en el exterior y viviendas protegidas en el mercado nacional.
No todos están desvinculados de la ruleta
En el límite de este juego se encuentra Parquesol. La cotización de la inmobiliaria (17,49 euros) se acerca al precio objetivo (17,90 euros), aunque puede dar sorpresas al estar pendiente la compañía de la fusión con el Grupo San José, tras paralizarse su actividad desde que tomó el control Jacinto Rey.
Hasta aquí está la lista de los afortunados desvinculados del azar de la ruleta rusa. Metrovacesa (MVC.MC) está al otro lado de la línea. Y es que su precio objetivo (58,40 euros) se ha recortado, después de liquidar la opa de los Sanahuja, que ha reducido a la mínima expresión el free float. La incredulidad de muchos analistas al ambicioso Plan Fénix para los próximos tres años también ha tenido sus efectos secundarios. En este mismo lado se encuentra Reyal Urbis (REY.MC), que está en inmersa en una reducción de costes y cuya cotización supera un 13,33 por ciento el valor que le conceden los analistas.
Sin reglas en el juego
Con el resto de las inmobiliarias cotizadas (Afirma, Sotogrande, Urbas Guardahermosa, Aisa e Inbesós) ni siquiera se puede seguir unas reglas en la ruleta rusa (si alguna vez existieron en este juego). Y es que son empresas fantasmas para los analistas, en las que ni siquiera hay un consenso de mercado válido para establecer si hay potencial.
En el caso de Afirma <:AST.MC:>, es comprensible debido a que la empresa está ultimando los flecos de su metamorfosis, por lo que se desconoce el valor del nuevo grupo. Lo mismo ocurre con Inbesos que se integrará a Horcona. Aisa z:AISA.MC:> y Urbas Guadahermosa han sido valores que subían y bajaban al calor de los rumores como si fueran un tiovivo, donde la lógica brilla por su ausencia. Al igual que en la ruleta rusa.
Con o sin nominación a entrar en este juego, la prudencia será la mejor actitud a la hora de invertir en un valor inmobiliario porque la situación de cada compañía cambia constantemente, y la mayoría de las veces es un paso hacia atrás. Mejor no mirar hacia ese sector si no quiere sentir la presión de un jugador de la ruleta rusa.