Bolsa, mercados y cotizaciones

Las dos grandes potencias frenan a las bolsas y agitan a la renta fija

Son las dos mayores potencias económicas del mundo y su capacidad de hacer temblar al resto de mercados del mundo es incuestionable. Así lo han vuelto a constatar esta semana Estados Unidos y China. La primera lanzó un mensaje confuso sobre la continuidad de los estímulos económicos que tienen anestesiados a muchos activos y dopados a otros.

Mientras que los datos que se publicaron en China dejaron una sola lectura clara: una contracción en la actividad manufacturera.

Los inversores se fueron a dormir el miércoles en Europa con dos ideas contradictorias. El presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, insiste en que la política monetaria que mantiene la institución está haciendo "más bien que mal" a la economía estadounidense y que la situación aún no es propicia para retirar las medidas de estímulo actuales, pues se retrasaría la recuperación económica. No obstante, como en otras ocasiones no descarta ir reduciendo su programa de compras de bonos y activos (el conocido como QE3) en "próximas reuniones", pese a que el mercado de trabajo todavía no ha despertado. Pero, como viene siendo habitual, también deja abierta la puerta a más compras si el contexto empeora. Un desconcierto que se suma a la fortaleza de los halcones, los miembros de la institución más ortodoxos que tradicionalmente defienden subidas de tipos y políticas menos expansivas. Según las actas de la Fed, un "número de participantes" ya habría votado por una reducción de las compras de papel.

La alerta saltó al día siguiente en los mercados de todo el mundo, que ya han vivido lo que supone una retirada de este tipo de medidas por parte de la mayor economía del mundo. "¿Recuerdan cómo reaccionaron los mercados al finalizar el QE1 y QE2? Subida de tipos, inestabilidad en divisas y recortes entre un 15-20% en las bolsas", señala José Luis Martínez Campuzano, estratega de Citi en España.

El primero en revivir una recogida de beneficios fue Japón. El Nikkei sufrió el jueves la mayor caída en más de dos años, al desplomarse un 7,3%, después de la revalorización de más del 50% que acumulaba en el año. El índice nipón no solo acusó la posible retirada de estímulos en junio sino que no tardó en recoger que la actividad económica de su vecino, China, se contrajo en mayo ante una menor demanda interna y una producción interna también más moderada. Y es que por primera vez en siete meses, el PMI manufacturero se situó por debajo de 50 puntos -en los 49,6 puntos-, lo que teóricamente indica una contracción de la economía.

Tras el letargo

El resto de bolsas se hizo eco rápidamente con descensos que el jueves superaron el 2% en la mayoría de índices europeos. Pero las ventas no se quedaron en la renta variable. Los activos de renta fija despertaron del letargo en el que están sumidos como consecuencia de las políticas de los principales bancos centrales. Las rentabilidades de muchos bonos soberanos repuntaron, entre ellos las de los españoles.

El interés que los inversores exigen a la deuda pública española a 10 años, que sube cuando el precio cae por las ventas de títulos, se incrementó del 4,2 al 4,42% en la semana. Eso explica que la prima de riesgo se elevase 11 puntos, hasta quedar a las puertas del nivel de los 300 puntos básicos. Superó esta cota el viernes, para finalmente cerrar en los 299 puntos.

El repunte podría haber sido mayor si los inversores se hubieran refugiado en la deuda alemana, la considerada más segura en el Viejo Continente, pues se habría ampliado la brecha entre ambas. Pero también hubo ventas de bonos germanos y la rentabilidad del bund pasó del 1,32 al 1,43%.

Tanto España como Alemania sufrieron estas subidas a la hora de acudir al mercado en busca de financiación esta semana. Al Tesoro Público español se le encarecieron los costes en la subasta de letras que celebró el martes y en la de bonos a 3, 5 y 15 años que cerró el jueves. Aunque el precio a pagar fue mayor, captó más de lo que tenía previsto, al conseguir 7.583 millones de euros. Cierra así el mes de mayo y no regresará al mercado hasta el próximo 6 de junio. El organismo emisor germano también asumió un interés más elevado por colocar títulos a 10 años, un 1,41%, aunque hay que tener en cuenta que en abril logró el menor coste de su historia por vender esta deuda, un 1,28.

En las bolsas fue el Ibex 35 quien mejor resistió la embestida del jueves, pero el índice de referencia en la bolsa española acabó la semana con uno de los mayores descensos en las plazas europeas, solo por detrás de la caída del 4% que registró el italiano Ftse Mib. Mientras el Dax alemán, el británico Ftse 100 y el Cac francés perdieron en torno a un 1%.

El Ibex finalizó la penúltima semana de mayo con un retroceso del 3,7%, el mayor desde la última de marzo, en el que estuvieron muy presentes algunos de los grandes valores: Inditex se dejó un 6,64%; Telefónica un 4,24%; Repsol un 4,16%; y BBVA un 4%. Solo tres valores del índice cerraron en positivos: Sacyr con una subida del 12,5%; Popular que avanzó un 2,5%; y Acerinox con un alza del 0,24%.

Aunque el mayor protagonismo en la bolsa española volvió a recaer sobre Bankia. Los títulos de la entidad se desplomaron un 85% en las últimas cinco sesiones y uno de esos días el volumen de ventas fue tal que se cuestionó incluso que los futuros accionistas que entrarán en el banco a partir del martes tras el canje de híbridos se deshicieran de los títulos antes de tiempo aprovechando que se pueden liquidar tres días antes.

Menos impacto en otros activos

El dólar también se debatió entre la indecisión de inyectar menos liquidez a la economía estadounidense a partir del próximo mes. Un euro se llegó a intercambiar a un mínimo de 1,2817 dólares y un máximo de 1,2998 dólares en la semana, para acabar en torno a los 1,292 dólares.

Otros activos, como el petróleo o el oro, recogieron rápidamente el peligro de una ralentización económica de las grandes economías, pero luego el impacto se moderó. El precio del barril de crudo de referencia en Europa, el Brent, bajó hasta los 102,6 dólares, desde los 104,7 dólares de la semana anterior. La onza de oro, que repuntó el jueves un 1,78%, bajó el viernes por debajo de los 1.390 dólares.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky