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El coste de la deuda a 15 años no subía desde febrero

El encarecimiento de la subasta de letras del martes fue el aperitivo de lo que le esperaba ayer al Tesoro Público español. Se enfrentó a unos inversores que no quisieron comprar deuda a largo plazo a cambio de unos intereses más bajos de los que el organismo emisor pagó a principios de este mes.

 Sobre todo porque en el mercado secundario, en el que se negocian los títulos que ya han sido emitidos, las rentabilidades estaban repuntando.

El Tesoro asumió un mayor coste a la hora de colocar 4.076 millones de euros a través de bonos a 3 y 5 años y obligaciones a 15 años. Mucho tuvo que ver la subida de la prima de riesgo, que a primera hora de la mañana ya escalaba casi 10 puntos, hasta los 284 puntos básicos, ante el jarro de agua fría que recibía el mercado por el mal dato de actividad en China y la posibilidad inminente de una retirada de estímulos económicos por parte de la Reserva Federal.

La rentabilidad media que asumió el Tesoro por la deuda con vencimiento en julio de 2026 ascendió al 4,54 por ciento, desde el 4,336 por ciento que pagó el pasado 9 de mayo. El precio a desembolsar por esta referencia no subía desde la subasta celebrada en febrero.

También repuntó el rendimiento al que emitió bonos con vencimiento en 2018. Si a principios de mes el organismo emisor celebraba que el interés por vender deuda a 5 años bajaba del 3 por ciento por primera vez desde 2010, al 2,789 por ciento, ayer se truncó la alegría. La factura por captar 1.340 millones de euros mediante estos títulos se disparó hasta un alcanzar un precio medio del 3,001 por ciento.

Puso fin, además, a la buena racha que mantenía en el caso de los bonos a 3 años. Consiguió 1.579 millones de euros a través de estos títulos, pero la rentabilidad media se incrementó del 2,247 al 2,442 por ciento.

En total, el organismo emisor aumentó las arcas públicas más de lo que tenía previsto, ya que el objetivo esta vez era de 2.500-3.500 millones. Sin embargo, la demanda fue algo más reducida que en las últimas emisiones, al quedarse en los 7.925 millones de euros.

Merecido descanso

Ayer acabó una semana de arduo trabajo para el Tesoro. Con las dos subastas celebradas sumó 7.586 millones o, lo que es lo mismo, restó esta cantidad a las necesidades de financiación que tiene este año. A estas alturas ya ha captado el 57 por ciento de lo previsto a medio y largo plazo para 2013.

Después de estas emisiones, el Tesoro se toma un merecido descanso y, en principio, no volverá al mercado hasta el próximo 6 de junio, cuando tiene programado emitir bonos y obligaciones.

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