
No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy. Mañana pueden complicarse las circunstancias para salir al mercado, añadiría a este dicho el Tesoro Público. El organismo encargado de emitir deuda pública española mantiene su estrategia de adelantarse al calendario, siempre que la situación lo permita, para cumplir sus objetivos del año lo antes posible.
Se acercó más a esta meta con una emisión privada de bonos a 10 años con la que ya ha captado más de la mitad -un 54,6%- de la financiación a medio y largo plazo que se había propuesto para 2013.
El Tesoro consiguió 7.000 millones de euros en una colocación sindicada, en la que a diferencia de las subastas públicas colocó la deuda a través de un sindicato de bancos compuesto por CaixaBank, Barclays, Santander, Goldman, Citigroup y Deutsche Bank.
Bondades de la emisión
Este tipo de colocaciones permite acercarse a "inversores de calidad". Las gestoras de fondos coparon el 42% del total, seguidas de las tesorerías bancarias con un 34% y de aseguradoras y fondos de pensiones, con un 14%. Mientras que los bancos centrales compraron el 8% de la emisión. También fue muy diversificado el reparto geográfico. Los inversores nacionales representaron el 48%, Reino Unido un 17%; Asia y Oriente Medio un 9%; los países escandinavos un 4%; EEUU solo un 2%; y el 16% restante otros países europeos.
Otra de las ventajas de estas subastas especiales es que pueden emitirse cantidades más altas, al despertar un gran interés. Buena prueba de ello es que la demanda alcanzó los 21.500 millones de euros. Se acercó así al récord histórico de peticiones por parte de los inversores que España se apuntó en la subasta sindicada que cerró en enero, en la que se solicitaron 22.700 millones para bonos a 10 años.
Lo que sí logró el Tesoro en su tercera emisión privada de este año -la segunda se lanzó en dólares en el mes de febrero- fue un abaratamiento en los costes de financiación. El organismo pagó una rentabilidad del 4,452%, el precio más bajo que desembolsa en una emisión de este tipo desde enero de 2010.
Pero esta forma de salir al mercado con la garantía de unas entidades colocadoras supone que el interés a pagar sea algo más alto. Así, el que asumió el Tesoro estuvo por encima del rendimiento al que cerró el bono a 10 años, el 4,34%, en el mercado secundario -en el que se negocian los títulos después de ser emitidos-.
No obstante, la llegada del nuevo bono a una década, con vencimiento en octubre de 2023, elevó por cuarta jornada consecutiva el interés en el secundario. "Ahí tenemos la razón de por qué estaban ampliándose las rentabilidades del bono español en las últimas sesiones", señala Miguel Ángel Paz, director de gestión de Unicorp, que apunta a que una alta demanda serviría para que "los mercados puedan de nuevo darse la vuelta al alza". De momento, el repunte de llevó a la prima de riesgo a subir cuatro puntos básicos, hasta los 297 puntos, después de rozar durante el día el nivel de los 300 puntos.
Baja el coste a corto plazo
Aunque la emisión sindicada acaparó la atención, el Tesoro también colocó deuda a corto plazo siguiendo el calendario que ya tenía previsto. La operación también se saldó con una elevada demanda -de casi 10.874 millones de euros- que le permitió vender 4.047,5 millones de euros a menores costes. El interés medio que desembolsó por las letras a 12 meses bajó del 1,235% de mediados de abril, al situarse en el 0,994%, el nivel más bajo desde abril de 2010. También hay que remontarse a ese año, al mes de febrero, para encontrar rentabilidades tan bajas en las letras a 6 meses, por las que pagó un 0,492%, desde el 0,53% anterior.