Si hay una palabra que ha definido esta semana los mercados de renta variable ésa ha sido máximo. Tanto en Europa como en Wall Street, algunos de los principales índices del mundo han conseguido registrar nuevos techos históricos. En el caso del Viejo Continente la superación de estos niveles ha venido de la mano del Dax alemán, mientras que al otro lado del Atlántico la han protagonizado el Dow Jones y el S&P 500.
Una meta que para el Ibex 35 aún queda bastante lejana -tendría que avanzar un 46,42% para superar su máximo histórico situado en los 15.945,7 puntos-. De momento, el principal selectivo español lucha por batir su próxima resistencia clave situada en los 8.650 puntos. Una batalla que en principio tendrá que librar la próxima semana, ya que en las últimas cinco sesiones apenas ha registrado cambios con respecto al cierre del viernes pasado y ha terminado en los 8.544,5 puntos -comenzó la semana en los 8.544,8 puntos-. Una semana de citas importantes, ya que presentaron resultados del primer trimestre del año hasta 12 compañías del selectivo entre las que se encontraban grandes pesos pesados como Telefónica o Repsol -sólo cinco valores defraudaron al mercado, entre ellos la operadora-. En este sentido, han sido ACS y Sacyr las que han liderado las alzas semanales al repuntar un 13,9 y un 6,4%, respectivamente.
Se baten niveles históricos
En el resto de plazas del Viejo Continente la semana ha sido una fiesta alcista. A la cabeza se encuentra el Ftse 100 británico que ha escalado un 2,54%. Le siguen el Ftse Mib y el Dax alemán que han avanzado un 2,14 y un 1,92%, en cada caso. Precisamente el índice alemán ha sido uno de los principales protagonistas de la semana al marcar nuevos máximos históricos en los 8.278,6 puntos. El selectivo cuenta con una ventaja con respecto a los otros indicadores: el ajuste del dividendo. Este ajuste del pago al accionista permite que el Dax 30 sume la rentabilidad que otras plazas descuentan al no tener incorporado el dividendo.
En línea con el Dax, Wall Street también ha acaparado todas las miradas en lo que a máximos históricos se refiere, ya que el Dow Jones superó por primera vez en su historia los 15.000 puntos, mientras que el S&P 500 hizo lo propio con los 1.600 puntos. Aunque en la última sesión se desinflaron un poco por las palabras de Ben Bernanke.
Y es que, una vez más, cuando el guardián de la economía estadounidense habla, los mercados escuchan. Las palabras del presidente de la Reserva Federal a primera hora del viernes generaron cierto desconcierto entre los inversores. El funcionario del banco central de Estados Unidos reconoció desde Chicago que "vigila de cerca" la "excesiva" toma de riesgos por parte de algunos agentes financieros dado el contexto de bajos tipos de interés generado por las medidas de estímulo monetario.
"A la luz del actual contexto de bajos tipos de interés, estamos vigilando especialmente de cerca ejemplos de búsqueda de rentabilidad y otras formas de excesiva toma de riesgos, que pueden afectar los precios de los activos", explicó el capitán de la Fed. Bernake advirtió que aunque "la fase más intensa" de la crisis ya ha pasado, aún quedan restos de su "legado", especialmente en el "ámbito laboral donde no hemos recuperado totalmente los trabajos perdidos".
Por otro lado, Bernanke puso de manifiesto que cuatro años tras la crisis de las hipotecas basura de 2008, el sistema bancario en la sombra sigue siendo una amenaza para la estabilidad financiera y los mercados de financiación aún no son capaces de hacer frente a un posible crash o impago. "Mientras que el sector bancario en la sombra es menor hoy que antes de la crisis (...) los reguladores y el sector privado tienen que abordar las vulnerabilidades restantes", dijo Bernanke durante una conferencia bancaria patrocinada por la Reserva Federal de Chicago.
Tras estas palabras, el Dow Jones y el S&P 500 se tiñeron de rojo y tuvieron que conformarse con sumar alzas semanales en torno al 0,5 y 0,8%, respectivamente.
Desigualdad en el mercado de deuda
Esta semana el mercado de deuda tenía una cita importante, ya que el Tesoro Público español se enfrentaba a su primer examen desde que el Banco Central Europeo rebajase los tipos de interés al 0,5%, y no le costó mucho aprobar -la próxima semana volverá a salir al mercado con una subasta de letras a 6 y 12 meses-. Colocó 4.574 millones de euros en deuda a 3, 5 y 15 años a un interés menor que en las subastas anteriores. Es más, en los títulos a 5 y 15 años se financió con los costes más baratos desde noviembre de 2009, mientras que el rendimiento por colocar deuda a 3 tres años, bajó a niveles de abril de 2010. No obstante, el descenso en los costes no ha impedido que la prima de riesgo española escalase 2 puntos básicos hasta los 282 puntos con los que despidió el viernes. Del mismo modo, en el mercado secundario, la rentabilidad del bono español a una década se ha incrementado 16 puntos básicos, hasta el 4,202%.
En el caso de otros diferenciales la semana ha sido más provechosa. Mientras que el riesgo país italiano ha descendido 7 puntos básicos, el portugués se ha relajado desde el lunes 19 puntos básicos, hasta los 407 puntos, su nivel más bajo desde febrero de 2011 -el martes Portugal emitió deuda a diez años por primera vez desde que solicitó el rescate financiero y colocó 3.000 millones de euros a un interés del 5,6%, por debajo del 6,710% exigido en su última subasta de este tipo-. Y desde febrero de 2011 tampoco lograba situarse la prima de riesgo griega en los 823 puntos con los que cerró el viernes tras bajar 32 puntos básicos en las últimas cinco sesiones.
Por otro lado, el mercado de divisas también ha vivido emociones fuertes esta semana. Los buenos datos de empleo conocidos el jueves en Estados Unidos, con las peticiones de subsidio de desempleo en mínimos desde 2008, llevaron al dólar al alza. Un hecho que llevó al euro a situarse de nuevo por debajo de los 1,30 dólares, concretamente en los 1,2976 billetes verdes, frente a los 1,3114 dólares que marcó la semana pasada.
Asimismo, la política de estímulos que emprendió el Banco de Japón a principios de abril está dando sus frutos. Es más, el yen ha descendido en la semana un 3% frente al dólar y un 2,6% frente a la divisa común, marcando mínimos desde agosto de 2008 y enero de 2010, en cada caso. Además, el billete verde llegó a comprar más de 100 yenes por primera vez desde abril de 2009, -cerró la semana en 101,6 yenes-.