Sin rastro de magia. Los inversores de Bankia vieron como el precio de sus acciones pasaba de los 0,17 euros del viernes a los 17 euros por título. El motivo no fue otro que la reducción a un céntimo de su valor nominal y la agrupación de acciones (contrasplit) que realizó la entidad en la proporción 100:1 -por cada 100 acciones de las antiguas, el inversor recibe una de las nuevas-.
Este nuevo episodio del proceso de recapitalización de Bankia se saldó con un desplome del 17,65% en la sesión, desde los 17 euros a los que comenzó a cotizar hasta los 14 euros por acción.
El objetivo del contrasplit, que para el inversor supone tener el mismo dinero invertido pero en menor número de acciones, no es otro que facilitar la negociación del valor y evitar grandes bandazos fruto de la volatilidad. Sin embargo, las nuevas acciones continuaron con las fuertes oscilaciones y llegaron a caer en la sesión hasta incluso los 13,7 euros. Aunque corrigió algo la presión vendedora, el título marcó al cierre un nuevo mínimo histórico -el anterior estaba situado en los 14,7 euros marcado en el mes de marzo, es decir en los 0,147 euros de las antiguas acciones-.
Efecto 'maquillaje'
A pesar de estas abruptas caídas, los analistas consideran que los niveles a los que cotizaba anteriormente la acción exigían ya esta agrupación de acciones. "El contrasplit era algo necesario porque a los múltiplos a los que cotizaba incluso un pequeño inversor podía mover mucho el precio de la acción", asegura Javier Urones, analista de XTB. Y es que como explica Victoria Torre, el impacto que tiene en el valor las fuertes oscilaciones hacen de Bankia "un valor muy volátil y blanco perfecto para especuladores".
"Supone racionalizar la cotización, hacerla más atractiva y manejable", señala el estratega de IG Daniel Pingarrón. "Para que al inversor no le dé la sensación de estar tratando con un chicharro", añade el analista de Dif Broker, Luis Lorenzo.
Un futuro incierto en bolsa
El castigo de los inversores se ha convertido en la tónica habitual desde que comenzó a cotizar en julio de 2011. Y es que su constante recomendación de venta por parte del consenso de mercado recogido por FactSet, la nacionalización de BFA en mayo del año pasado y los problemas con las preferentes le hacen caer en bolsa más de un 64% en lo que va de ejercicio, a lo que se le suma la caída de más del 89% de 2012 y del 4% de 2011. ¿Qué le espera ahora al valor?
La entidad presidida por José Ignacio Goirigolzarri tiene por delante duros retos. Entre otras cosas los expertos destacan que las dos ampliaciones de capital por un importe aproximado de 15.000 millones serán vitales para poder hacer valoraciones racionales sobre el futuro comportamiento de Bankia en bolsa. Con la primera de ellas se dará entrada al Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que inyectará los 10.700 millones de euros comprometidos para sanear la entidad con la sustitución de bonos convertibles contingentes (CoCos), y la segunda se hará mediante el canje obligatorio de instrumentos híbridos por unos 4.840 millones de euros.
Asimismo, Bankia tiene por delante también el desafío de superar las pérdidas de más de 19.000 millones de 2012. "La mayor pérdida empresarial de la historia de España", señala Victoria Torre. La primera prueba la tendrá mañana, que es cuando presenta sus primeros resultados trimestrales de 2013. "Con estos duros retos, es complicado tener visibilidad en la compañía a corto plazo", dice la analista.
"Los fundamentales son poco atractivos y ahora su prioridad es ser viable, así que tendrá que vender su cartera industrial, reducir riesgos y centrarse en un segmento de negocio que da pocos márgenes", apunta Pingarrón.