Hay recursos clásicos que van de la mano de la recuperación económica y la reactivación industrial, como el cobre y acero. Pero no sólo se benefician ellos. Cuando uno piensa en la construcción de una vivienda, el primer material básico que viene a la mente es el ladrillo, acompañado de hormigón, acero, cobre...
Sin embargo, más allá de los elementos evidentes, hay materias primas fundamentales a la hora de levantar una casa, y que por tanto son especialmente sensibles a la evolución del sector constructor e inmobiliario. Una de ellas es la madera.
"¿Y por qué la madera y no los de siempre? A poco que nos paremos a pensar en EEUU, nos puede venir a la cabeza la imagen de las casas de este material, lo que se une a la recuperación del sector inmobiliario en el país. Teniendo en cuenta el desajuste existente entre la oferta y la demanda, cabe esperar una revalorización de esta materia prima en el medio plazo", señalaban recientemente desde Tressis.
Efectivamente, se aprecian síntomas de mejora en la industria donde se gestó y estalló la crisis. Para muestra, los últimos datos de permisos de la construcción en EEUU, que alcanzaron los 909.000 en diciembre y los 904.000 en enero, los mejores datos mensuales desde mediados de 2008. O los de ventas de viviendas, tanto nuevas como de segunda mano, que están en máximos de varios años.
Nadie duda de que va a ser necesario mucho más tiempo para superar la crisis del que hizo falta para profundizar en ella. Tal como afirma Christoph Butz, gestor de Pictet, "hemos pasado por la peor crisis inmobiliaria y en EEUU es difícil que los precios se recuperen a niveles máximos de 2004. Sin embargo es posible sustituir la inversión inmobiliaria por propietarias de bosques de madera. De hecho, las propietarias de bosques se han mostrado más resistentes estos años respecto a los fabricantes de casas, a pesar de la volatilidad", y aún así cotizan con un descuento de entre el 10 y el 25%, según este experto.
Precisamente este gestor está al frente de uno de los pocos fondos especializados en compañías cotizadas del sector maderero del mundo, el Pictet Timber. Con 5 estrellas Morningstar, este producto acumula una rentabilidad superior al 13% en lo que va de año, y cercana al 30% a un año.
¿Su secreto? Elegir "empresas activas en la cadena de valor de la madera. Nos fijamos en el valor de sus explotaciones forestales, que determina en gran parte su peso en cartera. Favorecemos empresas en países donde la tierra es escasa, con perspectivas de apreciación del capital y las ubicadas en regiones tropicales, donde los árboles crecen rápidamente, ofreciendo una estructura de bajo costo", explica Butz.
Un momento interesante por técnico
Para seguir la evolución de esta industria, una buena forma es observar los dos fondos cotizados (ETF) principales para invertir en compañías de la industria maderera: el Guggenheim Timber ETF (o CUT) y el iShares S&P Global Timber & Forestry Index Fund (o WOOD).
Por técnico, tanto el CUT como el WOOD son "alcistas en todos los plazos", tal como señala Joan Cabrero, analista de Bolságora. Sin embargo, a corto plazo "están muy cerca, a menos de un 5%, de los máximos que marcaron en 2011. Es decir, que tienen potencial, pero la subida está muy avanzada", recalca este experto.
Esas resistencias figuran por ejemplo "a la altura de los 23,60 dólares en el Guggenheim, que está en los 22,60". Y de momento "ambos productos tienen muchas papeletas para batirlas".
¿De qué puede depender que lo logren? De que las compañías en las que invierten sigan teniendo tirón en bolsa, y desde luego una mejora económica sostenible en EEUU a lo largo de los próximos meses puede darles la puntilla. En cualquier caso, tendrán la posibilidad de testar esas marcas "mientras no pierdan niveles que marcarían cierto deterioro, y que coinciden con los mínimos de hace dos semanas que marcó el CUT en los 21,34 dólares y el WOOD en los 46,25", advierte Cabrero.
Sólo para valientes
Si como inversor le interesa ganar exposición a la madera pero directamente en el activo físico, no en las empresas que lo explotan, hay dos formas. La más sencilla es mediante contratos por diferencias (CFD), que pueden contratarse a través de plataformas como la de IG, siempre y cuando se esté dispuesto a aceptar los riesgos, los problemas de liquidez que puede presentar este mercado y unos spreads que en el caso de IG alcanzan los 100 puntos. Y, si su perfil de riesgo es alto, está familiarizado con la herramienta y su broker se lo permite, también puede comprar directamente futuros sobre la madera. Estos contratos se negocian en en el CME Globex.