Todo medicamento puede ser un veneno si la dosis es errónea. Pero todavía no es el momento de pensar en retirar el dopaje al mercado. Eso piensa la Reserva Federal de EEUU que, con la única oposición de Elizabeth Duke, presidenta de la Reserva Federal de Kansas, decidió ayer mantener el pie sobre el acelerador de las medidas excepcionales de estímulo para la economía de Estados Unidos.
El capitán del banco central estadounidense, Ben Bernanke, dejó claro durante su comparecencia ante la prensa, que los costes de la compra de bonos, parte esencial de su estímulo, "son manejables" y reiteró que ofrecerá señales al mercado antes de comenzar a retirar su tercera ración de flexibilización cuantitativa (QE, por sus siglas en inglés). "A medida que avancemos con nuestros objetivos podríamos ajustar nuestras compras", señaló en referencia a las adquisiciones mensuales que la Fed realiza en bonos del Tesoro y activos hipotecarios.
El guardián de la política monetaria en EEUU, capaz de mover mercados, dijo "no estar sorprendido" por los máximos históricos logrados por la renta variable de EEUU, pero aclaró que la Fed no tiene como objetivo incrementar "el precio de los activos" sino que su éxito se mide en el empleo y en la estabilidad de los precios. Sin embargo, aunque el Dow Jones sí logró superar hace días los máximos de 2007 y hacer historia, al S&P 500 todavía se le resisten. A pesar de la subida del 0,67 por ciento que experimentó ayer, y de que las palabras de Bernanke aceleraron las ganancias en el parqué, al índice todavía le faltan 7 puntos para marcar un hito.
También el dólar se debilitó ante la expectativa de que la institución continúe imprimiendo dólares, una caída del 0,4 por ciento que aprovechó el euro para situar su cambio frente al billete verde en los 1,29 dólares.
El desempleo, la clave
Aunque la Reserva Federal mejoró ligeramente el tono en su último comunicado, el contexto todavía no es el apropiado para que Bernanke y sus chicos retiren la respiración asistida a la economía del país: "Las condiciones del mercado laboral han mostrado signos de mejora en los últimos meses, pero la tasa de desempleo sigue siendo elevada", según explicaron los miembros del Comité. Al mismo tiempo, señalaron que los datos recientes sugieren una "vuelta al crecimiento económico moderado después de la pausa registrada a finales de año pasado". Recordemos que la primera economía del mundo despidió el último trimestre de 2012 con un tímido crecimiento del 0,1 por ciento. "El gasto de los hogares y la inversión de las empresas avanza mientras el sector de la vivienda se fortalece aún más, pero la política fiscal es, sin embargo, algo más restrictiva", señalaron los funcionarios de la Fed. Bajo estas circunstancias, y como estaba previsto, la Reserva Federal mantendrá sin cambios los tipos de interés objetivos, en estos momentos entre el 0 y el 0,25 por ciento, siempre y cuando la tasa de paro se mantenga por encima del 6,5 por ciento y la inflación no sobrepase el 2,5 por ciento. Recordemos que los últimos datos, situaron la inflación a este lado del Atlántico en torno al 2 por ciento en su tasa anualizada.
Peores previsiones
Si echamos un vistazo a las últimas previsiones ofrecidas por los funcionarios del banco central estadounidense, se puede observar que la Fed no se verá obligada a cumplir con su palabra de subir los tipos, por lo menos, hasta 2015. Así, se espera que el desempleo se mueva este año entre una horquilla del 7,3 y el 7,5 por ciento, por lo que la actual tasa de paro debería caer al menos dos décimas más desde su nivel actual. De aquí a un año, dicha cifra debería moverse entre el nivel del 7 por ciento y el 6,7 por ciento, según los pronósticos de la Reserva Federal, que mejoró tímidamente su visión del mercado laboral.
En cuanto al crecimiento económico la Fed optó por rebajar ligeramente, entre una y dos décimas, su optimismo anterior al considerar que este año el PIB de la mayor economía del mundo se expandirá a un ritmo de entre el 2,3 y el 2,8 por ciento. El año que viene cogerá algo más de impulso y rondará el 2,9 y el 3,4 por ciento mientras que en 2015 podría llegar a alcanzar un ritmo de hasta el 3,7 por ciento.
En lo que se refiere a Chipre, Bernanke reconoció que se trata de "una situación difícil", ya que conlleva implicaciones para otros países en Europa. "Esperamos que los europeos encuentre una solución eficiente e igualitaria". La Fed monitoriza la situación aunque, señala que no ha encontrado, de momento, un riesgo inmediato para EEUU.