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Para un 87% de los inversores españoles la oficina bancaria es el mejor asesor

  • El dato se eleva desde el 54% del año pasado

Aunque hace algunos años que la legislación española reconoce el asesoramiento financiero como un servicio de inversión de primer nivel y no como una labor auxiliar, lo cierto es que todavía existen lagunas en torno a esta figura. La crisis financiera ha puesto en tela de juicio la actuación de algunas entidades a la hora de vender sus productos y, como consecuencia, el recelo del inversor.

"Las entidades se han dedicado a crear necesidad y colocar productos no adecuados a los clientes", afirma Carlos Moreno de Tejada, director general de Inversis, que, junto a Miguel Ángel Bernal, miembro del departamento de investigación del IEB, ha presentado hoy en Madrid las conclusiones del estudio "Conocimiento y Valoración de los Asesores Financieros". Un estudio demoscópico realizado por IEB e Inversis dentro del Observatorio del Asesoramiento Financiero.

Según el estudio -en el que han participado más de 700 personas con más de 20.000 euros disponibles para invertir- el 97% de los españoles recurre a algún tipo de asesoramiento a la hora de tomar decisiones sobre su dinero, siendo la oficina bancaria la opción más escogida por los inversores españoles, un 87%, frente al 54% del pasado año.

A este respecto, Moreno de Tejada destaca la necesidad de que la profesión del asesor financiero esté regulada ya que "cualquiera no puede vender cualquier cosa". Además, incide en la obligatoriedad de la preparación de este tipo de profesionales para saber qué es lo que necesita el cliente. Es más, para un 58,7% de las personas que han participado en el estudio la formación es un aspecto crucial a la hora de valorar a un asesor financiero. Asimismo, para el 64,6% la experiencia es fundamental.

No obstante, el posible conflicto de intereses genera cierta desconfianza a la hora de contratar un asesor financiero, de hecho, según recoge el estudio, casi la mitad de los encuestados no confiaría en un asesor financiero si no lo tuviese contratado. Por ello, Miguel Ángel Bernal explica que "la cualificación del asesor financiero no debería depender del banco", sino que tendría que llevarse a cabo a través de otros mecanismos como ocurre en diferentes países.

"El regulador español (CNMV) debería seguir los mismos pasos dados por el regulador británico (FSA) que este año ha introducido en su normativa la obligatoriedad de que los asesores financieros cumplan con unos estándares mínimos de formación, basados en unos determinados niveles de certificación profesional. A su vez, la ESMA (asociación de reguladores europeos) apunta en su borrador de la MiFID II [directiva sobre Mercados de Instrumentos Financieros] la necesidad de que los asesores dispongan de conocimientos y que las entidades vengan obligadas a especificar los criterios utilizados para validar la formación de sus asesores", indica Alfonso Roa, presidente del Comité de Acreditación de EFPA según una entrevista recogida en el estudio.

Diversos canales para decidir

Por otro lado, según los datos obtenidos por el IEB, el 36% de los encuestados utiliza un único método de asesoramiento, que suele ser por parte de la entidad bancaria, mientras que un 25% utiliza dos vías y otro 25% recurre a tres opiniones.

Dentro del grupo que se inclina por más de un método, un 10% requiere los servicios de asesores no financieros, un 9% utiliza Internet -crece entre aquellos inversores que disponen entre 20.000 y 50.000 euros- y un 3,4% solicita en exclusividad la labor de asesores financieros independientes, un descenso relevante con respecto a 2011, cuando la cifra se situó en el 15%.

En cuanto a la disposición a pagar por los servicios de un asesor financiero, el 60,8% lo haría por una mayor confianza y claridad en los servicios de asesoramiento, lo que supone 10 puntos porcentuales menos que en el pasado ejercicio. Por su parte, el 42,8% estaría dispuesto a pagar si obtiene menores costes de intermediación.

"Desde mi punto de vista, el principal obstáculo es cultural y de prácticas de la industria en cada país. El cliente español no está acostumbrado a pagar comisiones de suscripción en fondos de inversión, ni tampoco por el servicio de asesoramiento de inversiones, al contrario que el cliente anglosajón o centroeuropeo", puntualiza Antonio Losada, director general de la división de Private Wealth de Deutsche Bank.

Por otro lado, los productos más propensos a ser objeto de asesoramiento financiero son la compra-venta de valores bursátiles y la compra de participaciones en fondos de inversión.

"Muchos inversores han tomado conciencia de la importancia de ser asesorados desde una óptica profesional, con calidad en el servicio prestado, y fundamentalmente, desde la independencia. Aún es pronto para ver si se realmente se consolida la tendencia y los inversores son conscientes de que ese tipo de asesoramiento tiene un valor y lógicamente un coste", sentencia Cristóbal Amorós, presidente de IFAFI.

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