La renta variable de EEUU optó por tomarse un respiro tras una semana marcada por los hitos históricos marcados por el Dow Jones. El indicador encadenó 10 jornadas consecutivas en positivo y se anotó una subida semanal que superaba el 2%. El Standard & Poor´s 500 se quedó a las puertas de tocar los ansiados 1.565 puntos en una jornada donde los inversores optaron por recoger beneficios y digerir datos macroeconómicos agridulces.
Al fin y al cabo, el dato preliminar de Confianza del Consumidor eleborado por la Universidad de Michigan, tocó a comienzos de marzo mínimos no vistos desde diciembre de 2011 al situarse en los 71,8 puntos desde los 77,6 de febrero. Un hecho que demuestra que el ciudadano de a pie comienza a verse afectado psicológicamente por los rifirrafes que tienen lugar en estos momentos en el Capitolio, donde los legisladores y el presidente Barack Obama intentan ponerse de acuerdo sobre los presupuestos. Además, vimos como la actividad de producción en el estado de Nueva York cayó a 9,24 puntos en marzo desde los 10,04 puntos en febrero, de acuerdo con la Reserva Federal de dicha región, un desliz mayor al esperado por los economistas. En el lado más optimista, la producción industrial creció un 0,7% en febrero, según la Reserva Federal, superando las estimaciones de un alza del 0,4%. La producción manufacturera subió un 0,8% durante el mes.
El IPC subió un 0,7% en febrero, especialmente tras el incremento en los precios de la gasolina, que se dispararon un 9% el mes pasado. En su tasa interanual, la inflación ronda el 2%, el mismo nivel en el que se mueve la inflación subyacente, que elimina el precio de la energía y los alimentos debido a su volatilidad. Aún así dichas cifras coinciden con los objetivos de la Reserva Federal que, de momento, no ven un recalentamiento de precios que obligue a Bernanke a retirar sus estímulos antes de tiempo. La volatilidad se incrementó durante la última hora de negociación, ya que Wall Street se enfrentó a la cuádruple hora bruja, el vencimiento trimestral de opciones y futuros sobre índices y acciones en Estados Unidos. Sin embargo, los inversores desayunaron con las palabras de Alan Greenspan, el ex presidente de la Reserva Federal. El reputado economista dio su bendición al rally alcista que ameniza a los mercados bursátiles patrios y afirmó que no existe "ninguna exhuberancia irracional" en la renta variable de EEUU, de hecho, consideró que esta se mantiene "barata".
El sector financiero fue el claro protagonista de la sesión, especialmente dos valores: Bank of America y JP Morgan, que marcaron la cara y la cruz de una misma moneda. La entidad capitaneada por Bryan Moynihan se disparó más de un 3% después de que la Reserva Federal diera el visto bueno al plan de capitalización de la entidad, que incluye la recompra de acciones por valor de 5.000 millones de dólares y el canje de 5.500 millones de dólares en acciones preferentes.
Sin embargo, el banco dirigido por Jamie Dimon recibió, junto con Goldman Sachs, el farolillo rojo de los reguladores. JP Morgan tendrá que modificar sus planes de entrega de dividendos y recompra de acciones antes del tercer trimestre de este año para que la Reserva Federal pueda dar el aprobado completo a la entidad. Además, un informe del Senado de EEUU sacó los colores al banco por las pérdidas multimillonarias derivadas de su mesa de inversión en Londres el año pasado. El documento acusó a JP Morgan de "engañar" a los reguladores e "ignorar" el riesgo de sus operaciones.
Finalmente, 14 de los 18 grandes bancos que presentaron sus planes de capital a la Fed recibieron luz verde a sus entregas de dividendos y recompras de capital. JP Morgan y Goldman Sachs se quedaron en el banquillo y Ally Financial junto a BB&T no recibieron el beneplácito de los reguladores.
España no aguanta en positivo
En esta ocasión el tirón de Wall Street no fue suficiente para contagiar a la bolsa española. El Ibex 35 no pudo terminar la semana con cifras positivas y cayó un 0,27%, aunque sí consiguió mantener los 8.600 puntos al cerrar el viernes en los 8.619,1 puntos. En el resto de Europa, el Dax fue el que presentó un mejor comportamiento durante la semana al subir un 0,66% y juguetear con sus máximos históricos -se quedó a un 0,8% de superarlos-.
Esta semana, además, el Estado español y las empresas volvieron a salir al mercado aprovechando los bajos costes de financiación. El martes las subastas de letras a un año de España e Italia dejaron la diferencia del interés del Tesoro a sólo 0,08 puntos porcentuales del coste que asumió su homólogo italiano. Sin embargo, durante la semana los diferenciales de ambos países volvieron a alejarse: la prima de riesgo española cerró en los 347 puntos básicos, 23 puntos más que el viernes anterior, tras cinco días consecutivos de subida, mientras que la italiana se quedó en 314 puntos básicos.
Aunque quizá lo más llamativo de la semana fue que Irlanda regresó al mercado con una colocación de deuda a 10 años, la primera desde que el país fue rescatado en 2010. Y consiguió colocar 5.000 millones a un coste inferior al que pagaron Italia y España en las últimas emisiones de deuda a una década. CaixaBank y Telefónica también salieron al mercado para desembolsar el banco un 3% por cédulas hipotecarias a 5 años y la teleco, bonos a 8 años a un interés del 3,961%. En el caso de Prosegur la colocación de bonos a cinco años por 500 millones se saldó a un interés del 2,75%.