Hay demanda para todos. Aunque ayer se celebraron numerosas subastas de deuda pública en países como España, Italia, Holanda o Alemania, las emisiones privadas también tuvieron su público. CaixaBank se sumó a la colocación de BBVA de la semana pasada y salió al mercado en busca de financiación por segunda vez este año. Finalmente captó 1.000 millones de euros, aunque recibió una demanda superior a los 2.700 millones.
La entidad que preside Isidro Fainé no quiso esperar después de que BBVA volviera a reaunudar las emisiones y en este caso optó por cédulas hipotecarias, que además de contar con la garantía de la entidad están respaldadas por la cartera hipotecaria, frente a la deuda senior que lanzó en enero, que únicamente cuenta con el aval del banco.
Esta vez CaixaBank emitió cédulas con vencimiento a 5 años, por las que pagó un cupón del 3 por ciento. Así, desembolsó un diferencial de 210 puntos sobre el midswap -el índice de referencia en el mercado para este tipo de emisiones-.
La última emisión de cédulas hipotecarias que realizó CaixaBank fue en febrero de 2012. "Se emitieron 1.000 millones a 5 años a un precio de 248 puntos sobre el midswap", recordó la entidad, pese a que en aquel momento la prima de riesgo española rondase los niveles actuales.
Inversor internacional
La alta demanda del inversor extranjero garantizó que CaixaBank resolviese la colocación en solo una hora y media. El 79 por ciento del total captado se adjudicó a inversores internacionales, sobre todo en países como Alemania, Francia y Reino Unido. En la emisión anterior de deuda senior de enero, el porcentaje de extranjeros también rondó el 80 por ciento.
Volvió a ser esencial el papel de gestoras de fondos de inversión y de pensiones, así como de bancos centrales, compañías de seguros y bancos privados.