Lugar de salida, Italia. Lugar de destino, Estados Unidos. Así fue el transcurso del viaje para los inversores esta semana, que comenzó con el resultado de las elecciones italianas y remató sin acuerdo al otro lado del Atlántico para evitar el secuestro presupuestario.
El lunes, con los resultados de las elecciones del país transalpino ya escrutados, el mercado se llevó la primera decepción: una fragmentación política que, por un lado, alejaba al ex primer ministro italiano Mario Monti, de poder hacer coalición con Pier Luigi Bersani (lo que descontaba el mercado). Por otro, daba más poder del previsto a Silvio Berlusconi.
La incertidumbre política fue mayor todavía cuando Bersani afirmó el viernes que no era posible un acuerdo con Berlusconi, y éste, pidió convocar de nuevo elecciones cuanto antes. La peor parte de esta tensión se vivió en el mercado de deuda. La prima de riesgo italiana repuntó el martes 51 puntos de golpe, y tuvo su efecto contagio también en la española, que volvió a revivir los 400 puntos durante algunos momentos de esa sesión. La tensión también se extendió a Grecia y Portugal, pero lo más destacado es que, en sólo una semana, la brecha entre la prima de riesgo italiana y la española se ha estrechado hasta los 31 puntos de diferencia, frente a los 70 puntos que las separaban el viernes.
El otro termómetro de las dudas en torno al país transalpino, el riesgo de impago italiano, superó por primera vez en un año al español. Los inversores ven más probable el primer caso, y prueba de ello es que asegurarse contra el impago italiano a través de los seguros conocidos como CDS, es más caro que hacerlo frente al español. En cifras, el mercado tenía que pagar 28.900 euros para asegurar cada millón de deuda italiana.
Para las bolsas tampoco ha sido una semana fácil, pero salvo en el caso de Francia e Italia, el resto de índices lograron remontar las pérdidas y terminar la semana con un balance positivo. Y es que el disgusto que supuso la ingobernabilidad de Italia fue edulcorado el viernes con los datos económicos que se publicaron en Estados Unidos. Tanto el ISM manufacturero correspondiente al mes de febrero, como el dato de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan pulverizaron las expectativas del mercado. ¿Y el fiscal cliff? Pasó casi inadvertido. A pesar de que demócratas y republicanos no consiguieron llegar a un acuerdo para evitar lo que se conoce como secuestro presupuestario, los principales índices norteamericanos volvieron a poner rumbo a los máximos. El Dow Jones superó los 14.000 puntos, subiendo a media sesión un 0,6%, mientras que el S&P 500 recuperaba un 0,2% para quedarse a sólo 48 puntos de batir sus máximos. Y todo, a pesar de que a partir de la medianoche del viernes entró en vigor de forma automática un recorte del gasto público por valor de hasta 85.000 millones de dólares. "Aunque van a doler, podremos salir de ésta, no va a ser el apocalipsis", sentenció Barack Obama, el presidente de EEUU. "Si el pánico sobre el secuestro fuese hace 18 meses, hubiésemos visto varios bandazos de 100 puntos en el mercado. Lo que sucede es que los políticos han perdido credibilidad frente al mercado", señaló Kevin Divney, director de inversiones de Beaconcrest Capital en declaraciones recogidas por Bloomberg.
El desacuerdo para evitar esta bomba de relojería provocó además un cambio radical en el sentimiento del mercado estadounidense. Los bajistas volvieron esa semana a imponerse en Wall Street tras trece semanas consecutivas de dominio alcista y en un momento en que intenta batir los máximos históricos. Los últimos datos de la encuesta realizada por la AAII sitúan el sentimiento alcista por debajo del 29%, unos niveles no vistos desde octubre y que contrastan con el 42% que registraban en la semana anterior. Los bajistas, por su parte, aprovecharon la incertidumbre para aumentar su control del 32,5 a más del 36%.
En España, sin embargo, el impulso de los alcistas continúa. En los últimos cinco días hasta un 49% de las revisiones del precio objetivo fueron al alza, frente al 15% de revisiones bajistas.