
El euro no gana para sustos. En los últimos días ha habido dos eventos que han desestabilizado a la divisa comunitaria y la han llevado a testar el soporte de los 1,30 dólares: las actas de la última reunión de la Reserva Federal (Fed) estadounidense y las omnipresentes elecciones italianas.
Tal como explica Mercedes Camacho, directora de Omega YGF, "por un lado, las actas han mostrado discrepancias en la política monetaria de la Fed". Por primera vez, algunos miembros de la institución se plantean si es adecuado y/o útil seguir con las compras de activos que contempla el QE3 o modificarlas.
Algo que a priori sirvió de revulsivo para el dólar, aunque el presidente de la Fed, Ben Bernanke, se ha encargado de tranquilizar al mercado dejando claro que el banco central no se plantea cambiar su hoja de ruta a corto plazo.
La otra fuente de estrés reciente han sido las elecciones generales en Italia. Unos comicios de los que, de momento, no ha salido una solución de Gobierno, y lo peor es que no se espera "que salgan alianzas duraderas. Con cualquier combinación el Gobierno va a ser difícil y puede ser que veamos una repetición de las elecciones en pocos meses", pronostica Camacho.
Esta situación ha resucitado los fantasmas de contagio a otros países en los que había mejorado un poco la situación, como España.
Todo sigue igual a largo plazo
Sin embargo, después de los altibajos que ha tenido en estos más de cinco años de crisis, incluyendo especulaciones recurrentes sobre su desaparición, parece que la moneda única empieza a estar curada de espanto.
Así, una cosa son los efectos que estamos viendo a corto plazo y otra muy distinta, considerar lo que pueda pasar a medio y largo plazo.
Por un lado, tal como destaca Camacho, "desde que el pasado julio alcanzáramos mínimos en los 1,21 dólares no hemos hecho más que avanzar. De momento, no vemos más que una corrección puntual".
Una opinión parecida tiene Manuel Domínguez-Blanco, especialista de divisas de Interdín, que se declara "más alcista que bajista" en lo que respecta a la moneda única.
Según este experto, "al margen de lo que pueda pasar a corto plazo, donde incluso podríamos ver un retroceso hasta la zona de 1,29, creemos que a medio y largo plazo el euro va a seguir al alza, hasta revisitar las zonas de 1,35/1,40 dólares".
Las cosas cambiarían si se pierde, por ejemplo, "un soporte muy importante, la media de 200 días, que vemos a la altura de los 1,284 dólares. De romperse, quizá podríamos caer a 1,266, zona no vista desde noviembre, o incluso a 1,25", apunta Camacho.
Domínguez-Blanco apunta a que, lo que suceda en marzo va a ser crucial en este sentido. En Interdín manejan la zona de los "1,335 dólares como nivel a vigilar este mes".
¿Cómo puede evitar el euro perder esos niveles? Lo ideal sería que se combinaran varios factores. Por una parte, que en EEUU se llegue a un acuerdo para evitar la subida de impuestos que entra en vigor este 1 de marzo, algo que aportaría tranquilidad a los mercados. Por otra parte, que en Italia se forme un gobierno que aporte cierta estabilidad. Los analistas de PIMCO, por ejemplo, creen que la solución Bersani-Berlusconi sería la más deseable, pero reconocen que es poco probable. Y desde luego no convence a todo el mundo.
La tercera son los datos macro que están por venir. "Necesitamos referencias que den pistas sobre cuándo saldremos de la recesión. Y no contamos con que las pistas vengan de los bancos centrales, ya que no se esperan más anuncios de Draghi", concluye Camacho.