Finalmente los peores presagios se cumplieron en Italia. Ningún partido consiguió mayoría suficiente y Silvio Berlusconi volvió a escena con un papel protagonista.
Si en Estados Unidos cuentan con el problema del precipio fiscal ante la falta de un acuerdo presupuestario entre republicanos y demócratas, parece que en Europa Il Cavaliere se ha convertido en el particular abismo de las bolsas europeas por el temor a que no cumpla con los ajustes del Gobierno tecnócrata de Mario Monti. Y es que en la jornada del pánico dirigió el rumbo del mercado envolviendo a los principales parqués europeos en una espiral de cifras negativas.
"Cualquier resultado en el que Monti no participara en el gobierno iba a ser negativo para las bolsas. (...) Italia no sólo dijo no a la austeridad impuesta por Alemania, sino que dijo sí de nuevo a Berlusconi. Y lo peor para el mercado es que las elecciones italianas dejan un futuro ingobernable en el país transalpino", señala Miguel Ángel Paz, jefe de la Unidad de Gestión de Unicorp. No obstante, algunos expertos destacan que en estos momentos lo más prudente sería mantener la calma: "Se trata de la clásica reacción exagerada y lo hemos visto muchas veces, incluso cuando Bélgica se quedó sin gobierno y durante las elecciones de Grecia el año pasado. Mientras no llegue la información, sería prudente mantener la calma", asegura Peter Garnry, analista de Saxo Bank .
La banca, la gran perjudicada
En este contexto, el Ibex 35 cedió un 3,20%, por lo que perdió el nivel de los 8.000 puntos al cerrar en los 7.980,70 puntos. Los analistas de Ecotrader sitúan su siguiente soporte clave en los 7.500 puntos. Salvo tres compañías -Abengoa, IAG y Acerinox-, todos los valores se subieron al carro de los números rojos. La empresa más perjudicados fue paradójicamente Mediaset -que pertenece al Grupo Fininvest, controlado por Silvio Berlusconi- que retrocedió un 5,29%. No obstante, fue el sector bancario el que se llevó un duro golpe.
Mientras que Santander se situó como el segundo valor más bajista del selectivo, con una caída del 4,70 % -llegó a ceder más de un 5%-, BBVA, Banco Sabadell y CaixaBank cerraron la jornada con retrocesos del 4,08, 4,06 y 3,67%, en cada caso. Por su parte, Bankinter y Banco Popular se apuntaron descensos del 3 y 2,15%, respectivamente.
En el caso de Italia, la reacción de los inversores fue mucho más drástica. El Ftse Mib se anotó una caída del 4,89 %, hasta los 15.552,20 puntos, un nivel que no veía desde diciembre. Como en el caso de España, las entidades financieras fueron las más damnificadas. Banco Popolare se situó a la cabeza de las caídas con un descenso del 10,47%, mientras que Intesa Sanpaolo, Mediobanca y Unicredit retrocedieron un 9,07, un 8,64 y un 8,46%, respectivamente. En cuanto a Banca Popolare dell'Emilia y UBI Banca, las caídas fueron superiores al 8 y 7%, en cada caso.
En el resto de plazas del Viejo Contiente se vivió una situación pareja, aunque las caídas fueron menores. Por detrás del Ftse Mib italiano y del Ibex 35 se situó el EuroStoxx 50, que cedió un 3,07%, mientras que el Cac 40 frances y el Dax alemán se anotaron descensos superiores al 2%. El británico Ftse 100 concluyó la jornada con una bajada del 1,34%. "Los bajistas han puesto contra las cuerdas un escenario de alzas adicionales en próximas semanas pero, de momento, no han logrado provocar la pérdida de soportes clave en los principales índices europeos", indica Joan Cabrero, analista de Ágora Asesores Financieros.
Relativa calma en EEUU
Al otro lado del Atlántico la reacción era bien distinta, ya que los principales índices de Estados Unidos se tiñeros de verde. Así, el Dow Jones subió un 0,84 por ciento, mientras que el S&P 500 y el Nasdaq 100 lo hicieron en un 0,62 y 0,45 por ciento, respectivamente. Sin embargo, la presión en EEUU sigue aumentando. El mercado es consciente de que apenas quedan unos días para que comience marzo y la necesidad de llegar a un acuerdo para reducir el déficit presupuestario empieza a pesar. De no haber consenso, entrarían en vigor una serie de recortes por valor de 1,2 billones de dólares durante los próximos 10 años.
Reacciones institucionales
El avispero italiano preocupa sobremanera a las instituciones europeas. "Las elecciones en Italia han tenido unos resultados muy difíciles para el país y también para la UE en su conjunto", advirtió el presidente del Parlamento Europeo, el socialista alemán Martin Schulz. "Necesitamos un Gobierno estable en uno de los Estados miembros más importantes de la UE. Italia es un país del G-8, la cuarta economía de la UE y uno de los pilares de la eurozona, así que lo que pasa en Italia nos afecta a todos", indicó el presidente de la Eurocámara.
A su juicio, el mensaje que han mandado los ciudadanos en las elecciones es que "la política de recortes unilaterales, la que dice que debemos recortar y la confianza de los inversores y el crecimiento se recuperará inmediatamente, no tiene sentido". Por ello, la UE debe matizar su política anticrisis porque "necesitamos consolidación presupuestaria por un lado y también inversión estratégica en crecimiento y lucha contra el paro, especialmente entre los jóvenes".
Por otro lado, el vicepresidente de la Comisión Europea de Asuntos Económicos, Olli Rehn, dijo en declaraciones en Copenhague que el resultado de las elecciones en Italia es "complejo", "pero tenemos confianza en las instituciones italianas y en la capacidad del jefe de Estado de Italia para trazar rápidamente el camino a seguir".
El portavoz oficial de la Comisión, Olivier Bailly, por su parte, indicó que el Ejecutivo europeo "confía en Italia, en su capacidad para formar un Gobierno rápidamente y mantener sus compromisos económicos", pero consideró "caricaturesco" que se acuse a Bruselas de establecer una "agenda de austeridad sin ninguna otra medida a favor de Italia". Y pese a la debacle vivida por Mario Monti, el Ejecutivo comunitario insistía en alabar las reformas "muy difíciles" emprendidas por su gobierno.