El ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega, asegura que el Gobierno no permitirá que el real se aprecie hasta 1,85 dólares, ¿cómo afectaría una 'guerra de divisas' a la región?
El pasado septiembre de 2010 el Ministro de Finanzas de Brasil, Guido Mantega bautizó a las artimañas a las que recurrían algunos países para abaratar sus monedas y estimular así sus exportaciones como guerra de las divisas. Un combate en el que, paradójicamente, Brasil también podría participar con graves consecuencias para las compañías españolas con presencia en la región. A pesar de que el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, negó el martes en su visita a España que exista una guerra de divisas -"la guerra de divisas como término está inflado y exagerado, no hay nada que se le parezca"-, y de que las potencias del G-7 dijesen que intentarán evitar movimientos del mercado volátiles y desordenados que puedan afectar a la estabilidad económica y financiera, lo cierto es que las tensiones monetarias entre los estados comienzan a ser una realidad y el último en mostrar su desagrado ha sido el país presidido por Dilma Rousseff.
En una entrevista concedida a Reuters esta semana, Mantega afirmó que el gobierno brasileño no permitirá que el real vuelva a apreciarse hasta los 1,85 dólares y que si es necesario tomarán cartas en el asunto. "Lo ideal es que no haya intervención, pero eso es un sueño. Ahora, si hubiera de nuevo una tendencia especulativa, la gente se va a animar", afirmó. Unas declaraciones que invitan a pensar que Brasil podría dar el paso de declarar abiertamente la guerra. "Brasil ya estaba en esa política de devaluación de la divisa. Llevaba tiempo quejándose de lo caro que estaba el real respecto al dólar. En estos momentos, todos los bancos centrales de cierta importancia del mundo están realizando políticas encaminadas a debilitar su divisa, a excepción del BCE, que es quien menos ha recurrido a este tipo de políticas", afirma Daniel Pingarrón, analista de IG.
Razones no le faltan, el real se ha apreciado más de un 3% contra el dólar. Evidentemente, si unas monedas se aprecian, otras se deprecian y países como Japón o Estados Unidos han disparado primero. En su primera reunión del presente año, el Banco de Japón anunció una nueva batería de medidas económicas entre las que se incluye la depreciación de la divisa nipona. Por su parte, en Estados Unidos, aunque no se apoya oficialmente esta práctica, la política monetaria llevada a cabo por la Reserva Federal (Fed) -con más impresión de dólares- está forzando la caída del dólar.
"El problema es que en la actualidad la situación no es aislada, afecta a varios países, y depreciaciones forzadas a través de políticas monetarias agresivas traerían como consecuencia empobrecer al vecino. Si un país devalúa su divisa para impulsar sus exportaciones, a fin de cuentas está dañando la competitividad de otras economías, en un momento especialmente delicado. Sin hablar de las represalias que pueden venir de otros países", indica Victoria Torre, analista de Self Bank. El último en sumarse ha sido Venezuela, que hace dos semanas situó el cambio oficial en 6,30 dólares desde los 4,30 dólares, lo que implica una devaluación de la moneda del 32%. ¿Podrían contagiarse otras regiones de Latinoamérica? En caso de ser así, no se trata de una cuestión baladí para el mercado español ya que un 22% de las ventas de las compañías del Ibex a cierre de 2011 procedía de Latinoámerica, según datos de Banco Sabadell.
Fuerte presencia en Brasil
Si finalmente Brasil se acoge a la modalidad de depreciar su moneda para estimular sus exportaciones, algunas compañías del mercado español podrían verse seriamente afectadas por la importancia de sus negocios en tierra brasileñas. Este es el caso de Banco Satander, Telefónica, OHL y Abengoa, entre otros. "En principio la devaluación afectará negativamente a las compañías, siempre y cuando las remesas provenientes de Brasil vengan en reales y no haya una cobertura previa con respecto a dicha devaluación. Si dicha cobertura no se ha hecho, el efecto podría ser alto en función de la devaluación de la divisa. En ocasiones las empresas suscriben los contratos en dólares, con lo que el efecto, en este caso, sería casi nulo", asegura Luis Lorenzo, analista de Dif Broker.
Para la entidad presidida por Emilio Botín Brasil supone un mercado estratégico por lo que sería una de las compañías españolas más afectadas por una hipotética devaluación del real. En 2011 se completó con éxito la integración tecnológica y unificación de la marca con Banco Real. De hecho, Santander Brasil es el tercer banco privado del país en términos de activos. Cuenta con más de 3.700 oficinas y alrededor de 25 millones de clientes. Todo ello se tradujo en un beneficio de 2.610 millones de euros en 2011, lo que representó un 28% del resultado global de la entidad.
Por detrás, se situaría Telefónica ya que la compañía que preside César Alierta ingresó de Brasil 14.326 millones de euros en 2011, lo que supuso un 23% de la facturación total. Es más, Brasil se consolidó como el principal mercado de la empresa en la región generando casi el 49% de los ingresos de Telefónica Latinoamérica. La empresa de telecomunicaciones entró en el mercado brasileño en 1998, momento en el que se estaba produciendo la reestructuración y privatización de Telebrás y desde entonces, la compañía ha invertido en el país, entre adquisiciones e infraestructuras, más de 165.000 millones de reales -alrededor de 62.800 millones de euros-.
En el caso de OHL y Abengoa, Brasil supuso más de un 22% y 21% de su facturación en 2011, respectivamente. De los 4.900 millones de euros que ingresó OHL en 2011, 1.100 llevaban paraporte brasileño. Además, al igual que Santander, la constructora cuenta con una filial cotizada en la bolsa local. OHL Brasil gestiona la mayor concesión de carreteras en en país, 3.226 kilómetros de las carreteras federales y estatales. Por su parte, Abengoa sigue ganando peso en el país. El pasado mes de diciembre, se adjudicó tres proyectos por valor de 1.000 millones de euros para acometer tres concesiones de transmisión eléctrica que recorrerán más de 2.400 kilómetros.
Los 'corralitos' de Latinoamérica
Esta no sería la primera vez que las empresas españolas se ven amenazadas por las devaluaciones de las divisas latinoamericanas, sólo hay que echar la mirada atrás y observar qué ocurrió con los famosos corralitos. En diciembre de 2001 el Gobierno argentino publicó el decreto 1570/2001 dando lugar al corralito. Se limitaba el retiro de dinero a 250 dólares o pesos a la semana para el público en general y se limitaban las actividades bancarias a las empresas, lo que originó la quiebra de la economía argentina. Se estableció el nuevo tipo de cambio oficial en 1,4 pesos por dólar -devaluación del 30%-. El problema es que el tipo de cambio en el mercado estaba a 4 pesos por dólar, es decir, si alguien tenía un depósito con 1.000 dólares en lugar de recibir 4.000 pesos, recibió 1.400 pesos. Pero no fue el único caso. En 1990 ,Brasil inmovilizó depósitos a plazo y en cuentas durante 29 meses con una fuerte depreciación de su moneda. Ecuador hizo lo propio en 1999. La congelación duró medio año. También se devaluó la divisa y se declaró en suspensión de pagos. Por su parte, en México vivieron el tequilazo, provocado por la falta de reservas internacionales, originando una repentina devaluación del peso mexicano.