Soltar lastre. Es la carta que está esgrimiendo Telefónica ante las agencias de calificación de riesgos para evitar que el rating de su deuda sufra rebajas. S&P levantó la amenaza que se cernía sobre la operadora el pasado mes de diciembre, pero su perspectiva sigue siendo negativa, por lo que todavía es posible que meta la tijera en un futuro. La premisa de reducir sus compromisos financieros (se fijó el objetivo de cerrar 2012 con un nivel de endeudamiento de 2,3 veces su beneficio bruto de explotación) se llevó por delante el dividendo de 2012 y fue lo que motivó algunas desinversiones como la venta de Atento o la salida a bolsa de su filial alemana. También estaba detrás de los planes para sacar al parqué su división latinoamericana, pero ahora no es algo tan necesario. ¿Podrá mantener sus compromisos de deuda y, a la vez, cumplir con los 0,75 euros por título que aseguró que repartiría a los accionistas este año al no contar con los 4.000 millones -6.000 millones de esta operación?
Así se realizará el pago
Según fuentes de la propia compañía consultadas por elEconomista, Telefónica sigue teniendo la intención de abonar ese importe en dos tramos: un primer pago en el cuarto trimestre de 2013 y un pago final en el segundo trimestre del año que viene. Sin embargo, los expertos cuestionan que pueda mantener esta política de retribución con la caída de márgenes en Europa y el descenso del ebitda. "Creo que este año no se va a recuperar el dividendo o, en todo caso, será inferior. Si quiere compensar a los inversores es probable que recurra a la recompra de acciones", asegura el analista independiente Alberto Roldán.
Otros en cambio apuntan a que, si la teleco española no saca al final a bolsa entre el 10 y el 15% de su división latinoamericana, tendrá que recurrir al famoso scrip dividend -pago en acciones-. Algo que ya contempló para el dividendo que luego decidió suspender.
"Creo que Telefónica pagará 0,40 euros en efectivo y 0,35 en títulos. Manteniendo ese dividendo en efectivo de 40 céntimos en los próximos años sí que se llegaría a unos ratios de deuda por debajo de dos veces ebitda en 2015", asegura Ivan San Félix, analista de Renta 4. Hasta ahora, el consenso de mercado recogido por FactSet contemplaba un apalancamiento para el presente ejercicio de 2,27 veces, frente a las 2,44 veces previstas con cargo a 2012, al esperarse este año un endeudamiento de unos 46.700 millones de euros y un beneficio operativo de alrededor de 20.500 millones.

Otra opción que tiene Telefónica para no suspender otra vez su retribución, sin malvender su joya (en el tercer trimestre de 2012 la facturación de esta zona ya superó la de Europa), es recurrir a vender algunos de sus activos no estratégicos. "Antes de malvender Latinoamérica hay otros activos que tendría más sentido vender, como el negocio en la República Checa, hacer un listing de Reino Unido como en Alemania o deshacerse de lo que le queda en China Unicom", asegura Javier Borrachero, jefe del sector de telecomunicaciones en Kepler.
Una bala en la recámara
El balón de oxígeno que consiguió la teleco española al emitir 1.500 millones de euros en bonos a 10 años con un interés del 3,98%, por debajo de a lo que se intercambian ahora en el secundario los del Tesoro, ha permitido a Telefónica no tener que acelerar la venta de Latinoamérica. Considerada ahora mismo la joya de su negocio, "es una bala que la compañía se guarda para cuando lo necesite", afirma Roldán.
"No tiene necesidad de esta operación si la valoración está por debajo del potencial de Latinoamérica", señala Javier Barrio, desde BPI. Pero la batuta, en la necesidad de la operadora de reducir o no más su deuda, la siguen llevando las agencias de rating. Las tres más importantes -S&P, Moody's y Fitch- mantienen su calificación en perspectiva negativa y, dos de ellas, a sólo dos escalones de convertirse en bono basura. "Los tres últimos movimientos de ratings que hemos tenido en el sector en Europa han sido a la baja y en compañías que han anunciado medidas importantes, como KPN o Telecom Italia", apunta Javier Borrachero.