El ruido de los escándalos de corrupción en España y la incertidumbre política que se ha levantado interrumpieron la buena sintonía que disfrutaba el Tesoro Público español en las últimas subastas. Por primera vez desde que comenzó 2013, el organismo emisor tuvo que pagar un mayor precio por colocar su deuda.
Eso sí, el nerviosismo de los últimos días no caló en el apetito de los inversores y los títulos se subastaron entre una holgada demanda.
El Tesoro logró captar más de lo que se había propuesto. Consiguió financiación por un total de 4.610,7 millones de euros, frente a la horquilla de 3.500-4.500 millones que se había marcado. Con esta cantidad, ya ha captado el 19% de su objetivo de deuda a medio y largo plazo para este año.
Pese a que la percepción sobre España ha vuelto a empeorar a raíz de lo que está destapando el caso Bárcenas, el Tesoro no tuvo dificultades para colocar bonos a 2 y 5 años y obligaciones a 16 años. En todas las referencias la demanda duplicó la cantidad ofrecida. Es más, la ratio de cobertura -las veces que la demanda supera a la oferta- incluso se elevó ligeramente en el caso de la deuda a menor plazo respecto a la última emisión de las mismas característicias, celebrada en enero. Las peticiones para los tres vencimientos alcanzaron un total de 10.135 millones de euros.
El 'coste político'
Donde sí se dejó sentir el desconcierto generado por la clase política fue en el coste que asumió el Tesoro para financiarse. "Volvemos a la racionalidad del apetito frente al precio: el apetito sigue siendo elevado, pero la incertidumbre eleva la rentabilidad a pagar", explica José Luis Martínez, estratega de Citi en España.
El organismo emisor asumió un rendimiento medio del 2,823% para colocar deuda a 2 años, frente al 2,476% que pagó por los mismos títulos en la última colocación, el pasado 10 de enero. "Llama la atención que el mayor aumento de rentabilidades se haya producido en los bonos con vencimiento a 2 años, ya que este tipo de deuda se encuentra bajo el paraguas del BCE en caso de que España tuviera que pedir un rescate", señala Soledad Pellón, estratega de mercados de IG. Pero en la última ocasión, la prima de riesgo se encontraba casi 50 puntos básicos por debajo de , al situarse en torno a los 334 puntos básicos.
Además, la rentabilidad que exigieron los inversores al Tesoro fue algo inferior al precio que cerraron los bonos a 2 años el día anterior en el mercado secundario -en el que se intercambian los títulos una vez son emitidos-, un 2,85%.
También hubo descuento en los bonos a 5 años respecto al interés al que cotizaban la jornada previa. La rentabilidad media para la deuda con vencimiento en enero de 2018 se situó en el 4,123%, por debajo del 4,16% al que se intercambiaba ese papel en el secundario. Ahora bien, este precio también supuso un aumento para el Tesoro respecto a la última vez que subastó deuda a 5 años en enero, cuando pagó un 3,77%.
Por la deuda a más largo plazo, con vencimiento hasta enero de 2029, España afrontó un coste medio del 5,787%. Fue superior a la rentabilidad del 4,849% que desembolsó en la subasta que celebró el enero de 2010, cuando colocó deuda con vencimiento en esta misma fecha al 4,849%. También aumentó frente a la última colocación a 15 años que cerró en enero de este año, por la que abonó un interés medio del 5,555%.