Wall Street sigue luchando por superar los máximos históricos marcados en el pasado 2007, aunque no fue el momento. De hecho, el S&P 500 y el Dow Jones cedieron un 0,39% y un 0,32%, en cada caso, por lo que se encuentran a un 1,5 y 1,7%, respectivamente, de superar sus niveles más altos -en el caso del Dow Jones se sitúa en los 14.164,5 puntos y en el del S&P 500 en los 1.526,8 puntos-.
Además, el mensaje de la Rerserva Federal tampoco contribuyó a impulsar a los principales selectivos de EEUU.
La Fed no revela nada nuevo
La actividad económica "se ha detenido en los últimos meses". Con este mensaje el Comité de Mercado Abierto (FOMC) de la Reserva Federal justificó su decisión de continuar con su política expansiva. Así, el presidente de la Fed, Ben Bernanke y sus chicos mantendrán su plan de compras de bonos hipotecarios y del Tesoro, por valor de 85.000 millones de dólares al mes y, de momento, no cuenta con un calendario para retirar la respiración asistida a la mayor economía del mundo. Tal y como estaba previsto, el banco central estadounidense decidió mantener los tipos de interés entre el 0 y el 0,25%.
En su comunicado, la Fed dijo que la desaceleración del crecimiento estuvo motivada en gran parte por las inclemencias meteorológicas y otros factores temporales. De hecho, señaló que el empleo continúa creciendo a un ritmo moderado, el gasto del consumidor y la inversión empresarial aumentaron y el sector de la vivienda también registró una mejora. Aún así, Bernanke y los once miembros restantes del FOMC continuarán engordando el balance de la Fed con la compra mensual de valores respaldados por hipotecas por valor de 40.000 millones de dólares y de bonos del Tesoro a largo plazo por 45.000 millones de dólares.
"El Comité espera que, con la política acomodaticia adecuada, el crecimiento económico continuará a un ritmo moderado y la tasa de desempleo se reducirá gradualmente", expresó el documento difundido por la Fed.
La reunión de dos días contó con una nueva composición del Comité, que en esta ocasión sumó cuatro nuevos rostros con poder de voto tras la salida de Lacker, Pianalto, Williams y Lockhart. Dos de ellos, Charles Evans, de la Fed de Chicago y Eric Rosengren, de la Fed de Boston, son dos conocidas palomas, que refuerzan el equipo encabezado por la mano derecha de Bernanke, Janet Yellen. Sin embargo, otro de los nuevos miembros, Esther George, de la Fed de Kansas City, es considerada como un halcón, al igual que James Bullard, de la Fed de Saint Louis.
De hecho, el comunicado, que fue aprobado por una votación de once votos a favor, contó con la única oposición de George. La presidenta de la Fed de Kansas City, quiso así poner de manifiesto su preocupación ante el riesgo de un incremento de la inflación motivado por la agresiva política monetaria de la Fed.
Sin embargo, tras la marcha de Jeffrey Lacker, presidente de la Fed de Richmond y el miembro más inclinado a apretar las tuercas monetarias del banco central, parece que el complejo vitamínico de la Fed para estimular el crecimiento, no cambiará sus ingredientes. De hecho, los expertos indican que lo más probable es que continúe con su compra de activos hasta el primer trimestre de 2014, coincidiendo con el fin del segundo mandato de Bernanke.
De todas formas, aquellos que apoyan a los halcones dentro del banco central de EEUU advierten que la compra de bonos, que ha triplicado el balance de la Fed hasta los 3 billones de dólares desde 2008, podría avivar la inflación o desencadenar una burbuja de activos que podría desatar una nueva recesión cuando ésta estalle. Es por ello que algunos expertos abogan por la adopción de ciertas variables económicas que aporten algún tipo de señal al mercado cuándo el Comité crea que ha llegado el momento de detener las compras de activos. Esta hoja de ruta podría asemejarse a los "umbrales" que la Fed ha adoptado para ayudar a guiar al mercado sobre cuándo el banco central tendrá previsto aumentar los tipos de interés a este lado del Atlántico.
No hay que olvidar que el cese por sorpresa del bombeo de la Reserva Federal, que representa una gran parte de la demanda de bonos del Tesoro de EEUU, podría disparar los costes de financiación a largo plazo y dañar así la recuperación. Hasta la fecha, el presidente de la Reserva Federal de Boston, quien ahora tiene poder de voto en el Comité, se ha mostrado inclinado a continuar con la compra de bonos hasta que el desempleo caiga por debajo del 7,25%.