Calma, optimismo y apetito por los activos de riesgo entre los inversores. Son algunos de los ingredientes que han alimentado el arranque de año alcista y que han permitido a las empresas seguir encontrando financiación en los mercados.
Nada ha cambiado esta semana, aunque quizá ha primado más la tranquilidad, sobre todo en algunas de las bolsas europeas que se mantienen a la espera de cómo se esclarezcan algunas citas clave del próximo mes.
El principal indicador de la bolsa española no logró cerrar su tercera semana consecutiva de ganancias. Se resistió. El Ibex perdió un 0,7%, hasta los 8.604 puntos. No obstante, una docena de valores del índice cerró la semana con ganancias. Sacyr, Red Eléctrica y Dia repuntaron entre un 4 y 5%, mientras que al otro lado Popular, tras el buen estreno de 2013, corrigió un 8,7% y Mapfre, un 6,4%.
En la última sesión hubo diez protagonistas, aunque no fue ni por sus caídas ni por subidas. BBVA, Gamesa, Sacyr, Codere, Ezentis, Fluidra, Zeltia, Lingotes, Reno de Medici y Tecnocom estuvieron suspendidos durante horas por problemas técnicos. Sus títulos dejaron de cotizar y regresaron al mercado en varias ocasiones. Estos desajustes provocaron incluso que desaparecieran algunas órdenes condicionadas que los inversores tendrán que volver a poner.
Contratiempos aparte, pese al descenso semanal el Ibex se mantiene como uno de los índices europeos que mejor comportamiento consigue en el año -se revaloriza un 5,34%-. Sigue la estela del italiano Ftse Mib, que encabeza las ganancias con un 7,87% de subida.
En mitad de una espera
La bolsa de Italia resiste en máximos desde agosto de 2011, en la antesala de las elecciones generales del próximo 24 de febrero. Es uno de los puntos en los que centrarán la atención los inversores. Pero no el único. En España se conocerán los últimos datos de déficit y antes, a finales de este mes, podría levantarse el veto a las posiciones bajistas, que, según los analistas, en un primer momento pueden generar inestabilidad. Y, por supuesto, las bolsas de todo el mundo siguen pendientes de las negociaciones sobre el techo de deuda de EEUU, con la confianza de que se alcance un acuerdo en el último momento. En mitad de esta espera, el VIX, el índice de volatilidad que mide el miedo de los inversores, marcó niveles pre-Lehman, en los 12,5 puntos, y sus mínimos suelen preceder a una correción en la renta variable.
Los que también tocaron niveles precrisis fueron algunos de los principales índices de Wall Street. Los buenos datos de paro semanal y de construcción de viviendas del jueves animaron los indicadores americanos, que también recibieron el grueso de los resultados empresariales de la banca estadounidense. Bank of America y Citigroup pusieron la nota negativa, en constrate con las subidas de Goldman Sachs y Morgan Stanley. Los títulos de Apple dieron otro de los sustos, tras conocerse las ventas del iPhone 5 el miércoles, al perder el nivel psicológico de los 500 dólares.
Pendiente de bolsa y no de subastas
Al compás de la renta variable, el mercado de deuda tampoco vivió grandes variaciones. Si la bolsa española acabó con leves descensos, la prima de riesgo siguió el movimiento contrario y escaló 22 puntos en la semana. La diferencia entre la rentabilidad que exigen los inversores a la deuda española frente a la alemana volvió a superar los 350 puntos básicos, al cerrar en 352 puntos. Detrás de este repunte estuvo el alza en el rendimiento del bono español a diez años, que sobrepasó la barrera del 5%, hasta el 5,08%.
Las dos subastas del Tesoro Público durante la semana no tuvieron efecto directo sobre el mercado secundario, a pesar de que el organismo emisor se financió a menores costes tanto en deuda a corto como a largo plazo. Las colocaciones sí confirmaron de nuevo el apetito de los inversores, que también lo tuvieron por la deuda privada.
Las grandes empresas siguieron acudiendo al mercado esta semana. Santander siguió el camino de otras entidades y consiguió 1.000 millones de euros a través de deuda senior a 7 años. Tras el éxito de su primera prueba, BBVA volvió al mercado con una emisión de cédulas hipotecarias a diez años, la primera de esta duración desde 2007. También lanzó cédulas Kutxabank, en la que fue su primera emisión de deuda, y Ferrovial se estrenó con una colocación de bonos a 5 años. Las compañías españolas ya han captado 11.200 millones de euros con emisiones de deuda privada este año.
En el mercado de divisas, destacaron dos fuerzas contrarias. Por una parte, la fortaleza del euro. La moneda comunitaria alcanzó el lunes su nivel más alto desde febrero de 2012 en su cruce contra el billete verde. Un euro llegó a comprar 1,338 dólares. Pese a ello, la divisa europea cerró la semana prácticamente plana frente al dólar, en torno a los 1,332 dólares. Y, de otro lado, volvió a hacerse notar la debilidad del yen. La divisa nipona sigue su depreciación ante el apetito de los inversores por los activos de riesgo y durante la semana retrocedió a mínimos desde mayo de 2011 contra el euro.