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EEUU se aleja de un precipicio que al FMI le produce vértigo

Las rencillas en el Congreso y las negociaciones de último minuto lograron que EEUU no saltase al vacío por el abismo fiscal, un ajuste que podría haber sumido a la primera economía del mundo de nuevo en una recesión.

Pese a la euforia y el desenfreno registrado tras el acuerdo, que logrará ingresos fiscales por valor de 620.000 millones de dólares en diez años, los legisladores no han hecho más que solventar con un endeble torniquete las decisiones menos peliagudas que enfrenta el país. Lejos de corregir el déficit que atormenta las cuentas del gobierno federal, el proyecto de ley sumará 4 billones de dólares más a los presupuestos durante la próxima década.

A pesar de ello, al FMI le produce vértigo este acuerdo, considerándolo insuficiente. Aunque lo cree positivo, el organismo reclama un "plan conjunto" para llegar a un pacto fiscal consolidado.

"Este es sólo un primer paso para fortalecer la economía", reconoció el presidente de EEUU, Barack Obama, después de que la Cámara de Representantes aprobase el martes el proyecto de ley con 257 votos a favor y 167 en contra. Aprovechó su breve comparecencia para destacar otro de los asuntos olvidados en la propuesta: el techo de deuda. Obama advirtió que no negociará con sus adversarios republicanos, ni ofrecerá recortes de gastos.

"No podemos no pagar las cuentas en las que ya hemos incurrido. Si el Congreso se niega a dar al gobierno de los Estados Unidos la posibilidad de pagar estas cuentas a tiempo, las consecuencias para toda la economía mundial serían catastróficas, mucho peores que el abismo fiscal", sentenció el mandatario.

El Departamento del Tesoro ha activado las medidas de emergencia que conseguirán financiar al gobierno federal durante poco más de 6 semanas con 200.000 millones. EEUU superó su límite de endeudamiento, fijado en 16,4 billones de dólares, a finales de 2012 y ahora los legisladores republicanos son conscientes que pueden utilizar esta situación como arma arrojadiza que presione a Obama y los demócratas a acceder a más recortes de gasto y reformas.

Asuntos pendientes

Al fin y al cabo, el acuerdo votado en el Congreso, que finalmente fue el mismo que el elaborado contrarreloj por el Senado y aprobado en la Cámara Alta durante las primeras horas de 2013, sólo dio solución a la subida de impuestos que amenazaba a la clase media de EEUU.

Como estaba previsto, los incentivos fiscales aprobados por la Administración Bush hace más de una decada fueron extendidos para el 99% de la población. Mientras tanto, los individuos que ingresen más de 400.000 dólares al año o las familias que superen los 450.000 anuales, acumularán una tasa impositiva del 39,6%. Una moneda de cambio que los demócratas acompañaron de medidas que garantizarán el crecimiento económico, como la extensión durante un año de las ayudas a los parados.

Parece que ni los legisladores ni la Casa Blanca están dispuestos a solucionar el problema de déficit que sólo pone en duda la sostenibilida económica. Tras horas de negociación, las partes optaron por retrasar hasta el 1 de marzo las negociaciones que impidan un "secuestro automático", es decir, un recorte de gasto en muchos sectores públicos por valor de 1,2 billones de dólares.

"Cuando han sido presionados hasta el límite, los líderes políticos han evitado algunas de las consecuencias negativas más inmediatas del abismo fiscal, pero no han abordado las reformas más importantes y fundamentales necesarias para garantizar la salud a largo plazo de la economía del país", sentenció The Business Roundtable, patronal de los principales empresarios.

Por su parte, Erskine Bowles y Alan Simpson, dos de las figuras que lideraron la Comisión Bipartidista de Obama para reducir el déficit, reconocieron que los legisladores de EEUU sabían desde hace más de un año que el abismo estaba cerca.

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