
Ginebra, 1 abr (EFECOM).- Marcel Ospel, el elogiado banquero que dirigió UBS cuando éste accedió al restringido club de los 10 bancos más poderosos del mundo, anunció hoy su retiro, con lo que reconoce que ya hizo lo posible para enderezar el rumbo de la entidad y que lo más sensato es pasarle el testigo a un nuevo presidente.
Tras conocerse el impacto inicial de la crisis de créditos de alto riesgo en Estados Unidos sobre UBS(UBSN.CH) Ospel decidió mantenerse al frente del timón y, contrariando a las numerosas voces que pedían su dimisión -incluso la del presidente suizo, Pascal Couchepin-, anunció que pediría en la Asamblea General del próximo 23 de abril la renovación de su mandato por un año más.
Sin embargo, el peso de los 16.400 millones de francos (unos 10.500 millones de euros) de pérdidas acumuladas hasta hoy (correspondientes al ejercicio 2007 y al primer trimestre de 2008) ha sido más fuerte que la voluntad de Ospel de ser él quien sacara al UBS de la crisis y le ha llevado a dar un paso al costado.
Su sucesor será previsiblemente el consejero general del banco Peter Kurer.
"Mi voluntad de presentarme a la reelección para un año más se basaba en mi deseo de sacar al UBS de las actuales dificultades. Hemos trabajado muy duro y hemos podido resolver los problemas más urgentes, colocando así las bases para el éxito a largo plazo del banco", indicaba hoy Ospel en un comunicado de prensa que hacía las veces de despedida.
En ese mensaje, el banquero reitera que "siempre he sostenido que asumo mi responsabilidad por la situación del banco", y asegura que "he colaborado en todo lo necesario" en favor de su recuperación.
Sin embargo, poco después aclaró, en una conferencia de prensa telefónica, que fue él mismo quien tomó la decisión de irse en la noche del lunes al martes.
"He sido yo quien tomó la decisión", insistió, tras asegurar que deja uno de los bancos "mejor capitalizados del mundo y bien posicionado en todas sus actividades".
De este modo, Ospel ha tenido así que ceder a su obstinación de permanecer al frente de UBS, cuya fortaleza y extraordinario desempeño le convirtieron en una de las instituciones privadas más respetadas de Suiza.
Ospel, que en los diez últimos años ha ocupado las más altas posiciones en UBS hasta llegar a la presidencia en 2001, ha sido reconocido por sus cualidades de gestor. Los expertos financieros le eligieron durante tres años consecutivos (de 2005 a 2007) como el mejor administrador de Suiza.
Sin embargo, las dotes de directivo de Ospel le labraron una gran reputación en el mundo financiero, pero no contribuyeron a hacerle un personaje popular ante el gran público.
Por el contrario, el hecho de haber encabezado la lista de directivos mejor pagados de Suiza -su remuneración se elevó a 26,6 millones de francos suizos (unos 17,1 millones de euros) en 2007- despertó críticas de los ciudadanos de a pie y contribuyó a atizar el debate sobre la necesidad de limitar el ingreso de los altos cargos de las grandes compañías.
Originario del cantón de Basilea, Ospel -nacido en 1950 e hijo de un panadero- vive en la localidad de Wollerau (Zúrich), conocida por sus ventajas fiscales, en una estupenda mansión al borde del río Zúrich. EFECOM
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