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Telefónica hace los deberes con su deuda

Quedan dos semanas. El 29 de noviembre es el día elegido por Telefónica para canjear las participaciones preferentes que la teleco emitió hace diez años por un importe inicial de 1.500 millones de euros -ampliados hasta los 2.000 millones con posterioridad- por obligaciones y acciones propias de la compañía procedentes de su autocartera. Con esta operación, todos ganan.

La operadora dará otro paso más para afianzar su objetivo de reducir deuda y los tenedores de estos títulos se desprenden de un producto cuyo paralelismo con los emitidos por las cajas de ahorro hace que tenga casi la consideración de malditos. Además, con carácter perpetuo, cotizan con descuentos del 12% en el secundario. Pero más allá de las ventajas, la pregunta que se plantearán aquellos que van a recibir acciones de la teleco (además de las obligaciones) a cambio de sus preferentes es en qué situación se van a encontrar a Telefónica.

La oferta llegó el pasado 31 de octubre, cuando la multinacional que preside César Alierta comunicó a la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV) la solución para dar carpetazo de una vez por todas a sus preferentes. Las características que ha establecido para el canje son las siguientes. Los tenedores de estas participaciones recibirán la totalidad de sus ahorros -1.000 euros por cada título- en efectivo, de los cuales tendrán que destinar el 60% a la compra de obligaciones simples con vencimiento a diez años, que ofrecen un cupón anual del 4,184% -el mismo interés que ofrecía el cupón de sus preferentes-. El otro 40% tendrá que ser utilizado para la compra de acciones propias de Telefónica, que tendrán un precio mínimo de 9,75 euros y máximo de 11,05 euros -el importe definitivo lo determinará la media aritmética de la cotización desde el lunes hasta el viernes-.

¿Con qué se encuentra el accionista?

Este canje supondrá un recorte adicional en la deuda de Telefónica de 800 millones de euros, ya que ese 40% de los 2.000 millones emitidos en preferentes irá destinado a la compra de acciones que el grupo tiene en autocartera -una operación muy similar a la que baraja hacer Repsol- . En total, la teleco dispone de un 2,2% de títulos propios, suficiente para la aceptación absoluta de la conversión. Las dudas sobre si Telefónica será capaz de enderezar su deuda se despejan poco a poco.

Su máximo responsable financiero, Ángel Vilá, se ha comprometido a que la operadora podrá reducir su deuda hasta los 50.000 millones este mismo año, gracias a la venta o salida a bolsa de alguno de sus negocios en América Latina, aunque la colocación de estas participaciones está prevista para el año que viene. Antes se espera alguna venta este mismo año, como pudiera ser la de Portugal Telecom. Y es que otros de sus objetivos es cumplir con el compromiso adquirido de volver a pagar el dividendo en 2013, tras suspenderlo en julio. Son muchos los esfuerzos realizados por la teleco para lograrlo, que aún no se reflejan en las estimaciones de los expertos. El consenso de mercado estima que terminará el año con un ebitda (resultado bruto de explotación) de 21.043 millones de euros y una deuda de 52.499 millones, por lo que el ratio de apalancamiento estimado todavía se sitúa por encima en las 2,49 veces -si alcanza el reto de 50.000 millones de deuda, el ratio se situaría en las 2,37 veces-.

Tras captar otros 1.500 millones de euros con la colocación en bolsa de su filial alemana -Telefónica Deutschland-, el impacto que ha tenido esta operación en su valoración ha sido escaso. Los expertos estiman que sus títulos podrán alcanzar los 11,7 euros en los próximos doce meses -antes de realizar tal desinversión, el precio objetivo era de 11,8 euros-. Las acciones de la teleco cotizan en torno a los 10 euros, por lo que aún tiene un recorrido alcista del 15,5%.

No obstante, las firmas más optimistas sitúan su precio objetivo por encima de los 15 euros. Es un nivel superior incluso a su máximo anual -que se encuentra en los 13,94 euros- y que la compañía no logra desde noviembre de 2011. AlphaValue lo fija en 16,6 euros y Sabadell, en 15,2 euros. Desde este último banco, Andrés Borumburu señala que sus últimos resultados dejaron "buenas sensaciones, que suponen un paso adelante en el cambio de tendencia de la compañía y acercan el objetivo de desapalancamiento". Según las estimaciones del consenso de mercado recogido por FactSet, Telefónica culminará el ejercicio con un beneficio neto de 5.276 millones de euros, un 2,3% menos que en 2011. Aunque todo apunta a que en 2013 aumentará un 5,11%.

Sin embargo, la recomendación del consenso de mercado se ha deteriorado desde finales de junio y es el momento en el que está más próxima a ser una venta en las últimas dos décadas. Telefónica perdió la recomendación de compra en marzo de 2011 y desde entonces el consejo es mantener los títulos en cartera.

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