
Los mercados europeos parece que por fin son capaces de coger la estela de Wall Street: el martes se disparaban gracias al tirón del jueves y del lunes en EEUU, y ayer también resistieron con mínimas correcciones, como había hecho Nueva York el martes. Sin embargo, esta tendencia nos debería llevar hoy a una mayor corrección, habida cuenta de lo ocurrido anoche al otro lado del Atlántico.
Lo ocurrido no fue más que una profundización de los recortes con la excusa de los malos datos económicos conocidos ayer (decimos excusa porque los datos fueron igual de malos el martes y el mercado ni se inmutó). Las ventas de viviendas nuevas cayeron a mínimos de 13 años -aunque las previsiones no fueron tan negras como se temía- y los pedidos de bienes duraderos, que indican el gasto empresarial, cayeron el 1,7%.
Con ello, el Dow Jones y el S&P 500 recortaron el 0,88%, mientras que el Nasdaq, el motor de las recientes subidas, sólo se dejó el 0,71%. Llega por tanto el momento decisivo: si la corrección no va mucho más allá y las alzas vuelven pronto, se afianzará la posibilidad de un suelo de medio plazo; si las caídas se agravan, es posible que lo de la semana pasada y el principio de la actual no fuera más que un rebote dentro de un movimiento bajista. La batalla de los próximos días será apasionante.
EL tirón del petróleo
Las malas noticias se completaron ayer con la vuelta a la tendencia de las divisas y las materias primas. Así, el dólar volvió a desplomarse frente a un euro que recuperó los 1,58 dólares después de que Trichet insistiera en que no piensa bajar los tipos ni en el medio ni en el largo plazo. El petróleo, por el contrario, vivió un fuerte tirón hasta 105,9 dólares, y el oro también remontó con ganas.
En cuanto a las empresas, Ford cayó el 2,2% pese a la venta de Jaguar y Land Rover a la india Tata, y Motorola recibió con un alza del 2,7% el anuncio de que se dividirá en dos empresas distintas. Tras el cierre, Oracle se hundió en el 'after hours' al decepcionar con sus resultados.
Para hoy, las citas más relevantes serán la revisión del PIB del cuarto trimestre en EEUU, para la que se espera que se mantenga en el 0,6% estimado previamente, y la cifra semanal de demandas de subsidios de paro