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"Menos de cuatro días después del celebérrimo cabezazo de Zidane a Materazzi, el planeta se ha ido al infierno", afirma David Callaway, director de MarketWatch. Las tensiones geopolíticas enmascaran el empeoramiento de la economía en EEUU.
"Más de 100 muertos en Bagdad, más de 200 en Bombay, Israel de repente en una guerra en dos frentes, la Casa Blanca otra vez con sus ataques a Irán y Siria... pocas opciones para el inversor salvo vender acciones y comprar petróleo y oro", añade Callaway.
En efecto, la bolsa se ha girado con violencia de nuevo a la baja, mientras que el oro ha reconquistado los 650 dólares y el petróleo marcó ayer máximo histórico casi en 77 dólares. Sin embargo, Callaway se muestra crítico con la excusa de las "tensiones geopolíticas", una frase hecha para referirse a cualquier cosa desagradable que pasa en una parte del mundo que no es EEUU. Y es crítico porque, aparte de la coincidencia en el tiempo, nada de lo que está pasando es nuevo.
"¿Bombas en Bagdad? No me digas. ¿Terrorismo en India? Nuca lo habían visto antes, ¿eh? ¿Enfrentamientos entre Israel y los palestinos? Lo de siempre. ¿Bravuconería de la Casa Blanca? No me hagas hablar", explica irónicamente Callaway. A su juicio, las noticias de tensiones internacionales cobran más importancia en verano por la falta de otro tipo de noticias. Lo que en España llamamos "serpientes de verano".
Pero lo más importante es que, sin darnos casi cuenta, la Reserva Federal ha seguido subiendo tipos y ha indicado que volverá a hacerlo en agosto, el mercado inmobiliario ha empeorado y la deuda se ha encarecido, lo que está reduciendo el gasto de los consumidores y las empresas. Respecto a estas últimas, nombres como Intel, AMD y 3M han reducido sus previsiones en las últimas semanas.
Su conclusión es que el aumento de la preocupación por Oriente Medio o Corea del Norte sólo es una añadidura al creciente temor a que la economía de EEUU finalmente se esté quedando sin aliento, aunque los tipos no hayan terminado de subir.
"Con la amenaza de un petróleo aún más caro y el efecto de una ralentización económica en los resultados empresariales, ¿alguien duda que los grandes inversores no son alcistas en la bolsa ahora? Especialmente, después del estupendo rebote que hemos tenido", asegura.
En su opinión, es verdad que los acontecimientos en Israel, India, Irán, Irak y Corea han contribuido a la incertidumbre general sobre los mercados. Pero esa incertidumbre ya era bastante grande sin estas influencias externas. Su previsión es que los temores sobre los tipos y los resultados impedirán una subida de las bolsas hasta mediados de agosto, como mínimo. Después, no duda que volverán las compras... cuando se haya olvidado el cabezazo de Zidane.