Google descendió a los infiernos en un abrir y cerrar de ojos. Un fallo de coodinación provocó que sus resultados trimestrales llegasen a la Comisión de Mercados y Valores de EEUU, (SEC, por sus siglas en ingles), antes de lo previsto y por ello los avispados inversores recibieron en crudo y sin condimentos un varapalo sin precendentes.
El beneficio de la compañía capitaneada por Larry Page se hundió un 20% con respecto al año pasado en su tercer trimester fiscal debido al aumento de los costes y el continuado descenso de los ingresos publicitarios del buscador.
Por supuesto, la reacción en el Nasdaq OMX, donde cotiza Google, no se hizo esperar. El valor se desplomó más de un 9% y llegó a sesgar hasta un total de 19.000 millones de dólares de la capitalización bursátil de la compañía. Al fin y al cabo, Wall Street no sólo tuvo que lidiar con unos resultados decepcionantes sino también con la confusión que provocó el adelanto de su publicación. Hasta la fecha, Google siempre ha presentado sus resultados trimestrales con el mercado bursátil ya cerrado, como es costumbre entre las compañías que pueblan Silicon Valley.
En un evidente error de coordinación, ya que el documento al que tuvieron acceso los inversores y analistas a media sesión de hoy estaba incompleto y contaba con espacios en los que supuestamente deberían haberse incluído citas de su consejero delegado comentando las cifras, Google presentó un beneficio por acción de 9,03 dólares, excluyendo extraordinarios, frente a los 9,72 dólares registrados hace un año. Su beneficio neto alcanzó los 3.010 millones de dólares, por debajo de los 3.180 millones mientras sus ingresos aumentaron un 51 % hasta alcanzar 11.330 millones de dólares desde 7.510 millones.
El consenso de los analistas encuestados por Thomson Reuters esperaba que el buscador registrase un beneficio por acción de 10,65 dólares y un beneficio neto de 11.860 millones de dólares, por lo que fue evidente el pesimismo registrado ayer en la renta variable tras conocer la prematura decepción.
Google, que reconoció que RR Donnelley, la compañía encargada de gestionar su envío de documentos con la SEC, entregó el borrador de resultados a los reguladores sin autorización previa, se vio obligado a paralizar su cotizaciónmientras acababa el informe final.
En el borrador de su comunicado de prensa, el buscador apuntó que el coste que pagan los anunciantes por cada click cayó un 15% con respecto al tercer trimestre de 2011. Sin embargo, la frecuencia con la que los consumidores pulsan los anuncios de pago en el buscador subió alrededor de un 33% con respecto al año pasado.
Por supuesto, las reacciones no se hicieron esperar. Martin Sorrell, CEO de la empresa de publicidad WPP, reconoció a la CNBC que existe una sensación generalizada en la industria de "que septiembre no fue un buen mes para los clientes publicitarios" de ahí el posible impacto en las cuentas del buscador.
¿Punto de inflexión?
Las desgracias de Google durante su tercer trimestre fiscal también han planteado serias incógnitas sobre los derroteros que sigue la renta variable estadounidense y si se avecina un punto de inflexión para los mercados estadounidenses.
Cerca de un tercio de las empresas del S&P 500 ya ha pasado por la pasarela de resultados y un 65% ha batido las expectativas de beneficios en el tercer trimestre. Sin embargo, sólo el 42% ha superado las previsiones de ingresos. Esta cifra se sitúa muy por debajo de la media histórica del 62% y es incluso peor que la registrada durante el segundo trimestre fiscal de 2012, que superó las expectativas de ventas sólo en un 44%. Un hecho que indica que las compañías ganan más por ajustes de costes y no por mejoras de su cifra de negocio y el contexto económico aún corre el riesgo de pasar factura a la renta variable de EEUU de aquí a finales de año.