Aunque parezca mentira sacar la parte negativa de algo que aparentemente es positivo... !también es posible!
En la subasta celebrada por el Tesoro Público de letras a 12 y 18 meses, la parte positiva, sin duda, es que España aún mantiene intacta su capacidad para obtener financiación en el mercado a intereses razonables; y eso pese a que se trató de la primera emisión de deuda que efectuó el organismo desde que la agencia de calificación Standard and Poor's (S&P) decidiera situar la nota crediticia de España en la categoría de bono basura. Sin embargo, el lado negativo es que esos intereses todavía están lejos de igualar lo que ofrecen de media otros productos de corte conservador, como son los depósitos bancarios.
La brecha entre ambos -que llegó a su punto más alto a comienzos de verano, cuando el Tesoro se vio obligado a ofrecer dos puntos más de retribución que los depósitos- no ha dejado de estrecharse progresivamente desde agosto.
Desde entonces, la menor presión sobre la deuda española ha reducido la factura que paga España por colocar su deuda en el mercado, al mismo tiempo que la banca ha optado por elevar la retribución de sus imposiciones a plazo fijo para cuadrar la liquidez que necesita en sus balances de cara a fin de año. Además, ya no existen impedimentos de por medio.
Desde que el Gobierno suprimiera a principios de septiembre la penalización que afectaba a los superdepósitos desde junio de 2011, las entidades no han dudado en aumentar la rentabilidad que brindan sus imposiciones a plazo fijo a través de su oferta comercial. Hasta el punto de que ahora la rentabilidad de los mejores depósitos que cualquier ahorrador puede encontrar en el mercado apunta hacia el 4%. Sin embargo, la retribución que ofrecen de media estas imposiciones a 12 meses aún se sitúa por debajo, en el 3,2% -4 décimas más de lo que rindieron las letras-. Se trata del porcentaje más alto desde que empezó la crisis, ya que antes de que se prohibiera ofrecer elevados intereses el interés medio de los depósitos tan sólo acariciaba el 3%.
El Tesoro paga los intereses más bajos desde primavera por emitir letras
