El dividendo del mayor fabricante de aluminio del mundo sigue desligado de la tendencia al alza que tienen las retribuciones de la mayoría de compañías de Wall Street.
La retribución al accionista de Alcoa está estancada desde 2009 y los analistas no avistan mejoras en los próximos dos años.
Los 3 centavos por acción que reparte la compañía se han convertido en un clásico, que no varía en unos tres años y medio. El próximo dividendo se distribuirá el 25 de noviembre a todos los inversores que tengan el título en cartera antes del 31 de octubre. A los precios actuales, la rentabilidad del pago rondaría el 0,34%.
Para la siguiente entrega, en febrero, el consenso de bancos de inversión estima este mismo importe. Y así durante los próximos ocho trimestres. No es de extrañar, teniendo en cuenta la poca visibilidad en los beneficios de Alcoa. Esta misma semana anunció una caída en sus previsiones de crecimiento para este año, en las que señaló a la desaceleración en China como la responsable de que el crecimiento en la demanda mundial de aluminio sea del 6%, frente al 7% estimado antes.
Esta revisión le costó un descenso de sus títulos en bolsa de un 4,6%. Los inversores priorizaron estas peores expectativas a los resultados trimestrales de Alcoa, puesto que la multinacional estadounidense abrió la temporada de resultados en EEUU sorprendiendo al mercado. Eso sí, no pudo evitar los números rojos y anunció pérdidas de 143 millones de dólares en el tercer trimestre, según la compañía, por esta debilidad en la demanda de aluminio y por la caída en los precios.