
"Muchos capitalistas emplean un tercio de su vida en procurarse capital, un tercio de su tiempo en conservarlo y el último tercio en la reflexión sobre a quién se lo dejarán en herencia", afirmaba el gurú bursátil André Kostolany. Para quienes estén centrados en el segundo tercio y hayan recurrido a un plan de pensiones para conservar el capital, los planes garantizados se han convertido en la oferta estrella de las gestoras de bancos.
Por sus características, estos productos están destinados a cubrir la obsesión por fórmulas de ahorro que aúnen liquidez y seguridad, dado que aseguran la inversión inicial más un tipo de interés concreto para un periodo de tiempo (si se retira el dinero antes no se cumple esta condición, sino que se entrega el valor liquidativo que tenga el plan en ese momento). La cuestión, lo que reflejan los últimos datos proporcionados por Inverco, es que hay garantizados y garantizados. Y en lo que se refiere a planes de pensiones, los instrumentos de ahorro planteados para el más largo plazo, esta obsesión por el conservadurismo inversor puede ser contraproducente.
De acuerdo con el informe proporcionado por la patronal de fondos de inversión y planes de pensiones, correspondiente al mes de agosto, un tercio de los planes de pensiones garantizados acumula rentabilidades negativas en el año. En principio no es un motivo de preocupación para los partícipes de este tipo de productos, dado que éstos aseguran el capital y un extra adicional que se logra con el plan de inversión trazado por el gestor, mediante coberturas a través de productos derivados. Pero sí es un dato preocupante para las personas que necesiten rescatar su plan antes del plazo acordado, pues entonces sólo recuperarían el valor liquidativo del plan que presente a la fecha de su cancelación, asumiendo pérdidas.
Así pues, lo que quiere decir este dato es que uno de cada tres planes garantizados no están generando una rentabilidad real en el año. Sobre todo si se comparan con los planes de pensiones de otras categorías. Un repaso a las rentabilidades anuales (a fecha de 31 de agosto) muestra rendimientos superiores al 1% en los planes de renta fija a corto y largo plazo; mucho más relevante es el espectacular avance de los planes que invierten en renta variable: acumulan un avance medio anual en torno al 7%. Pero el más rentable de la categoría, el ING Direct S&P 500 que distribuye Renta 4, suma un avance del 33% en 2012.
Las grandes afectadas
Entre las entidades que han comercializado este tipo de productos, son las grandes gestoras pertenecientes a bancos las que cuentan con mayor número de garantizados no rentables. Así, de la gama de planes de pensiones garantizados que llevan la marca Santander, 26 en total, se pueden contabilizar hasta nueve que no rinden en el año. Es decir, un 34,6% en negativo. Si se toma en cambio la rentabilidad interanual, entonces sólo hay dos en negativo, el PP Plan Reparto 2010 y el PP Santander 100 por 100 pensiones (ver gráfico).
El caso del BBVA es más acentuado: once de sus 23 planes garantizados, proporción equivalente al 47,82%, presenta un comportamiento negativo en el año. De acuerdo con datos de BBVA Pensiones actualizados a 5 de octubre, el BBVA Protección 2035 PPI cae un 3,24% en 2012; si se toma como referencia el dato interanual, a duras penas se mantiene en positivo, con un avance de 0,33%.
Pero los de las gestoras de Banco Santander y BBVA no son los únicos casos, ni los más llamativos. Ahí está por ejemplo el garantizado ofertado en su día por Caja Madrid Pensiones -hoy integrada en Bankia-, el Protegido Renta CM 2015, que según datos obtenidos en la web de la gestora no sólo está en negativo en el año, sino que su rentabilidad histórica también se encuentra en números rojos. El plan fue creado el 1 de noviembre de 2008. No obstante, los datos de Inverco señalan a sus Protegido Renta 2017 CM y Protegido Renta 2014 entre los planes garantizados con mayor patrimonio que no están cumpliendo con las expectativas (ver gráfico).