Desde julio las previsiones de beneficio del Nasdaq se están deteriorando, pero éste no ha dejado de subir y encarecerse.
La semana pasada la bolsa norteamericana nos lanzó algunos avisos. El Dow Jones Transportes puso sobre la mesa la posibilidad de que Wall Street, según apuntaban los estrategas de Ecotrader, pudiese encontrar un techo a corto plazo. En la última sesión, la pérdida de soportes del Dow Jones Industrial volvió a alertar de que quizás llegue el tiempo de ajuste de las últimas subidas. De ahí que los estrategas de Ecotrader hayan decidido reducir la exposición en el índice Nasdaq 100.
La temporada de resultados no está tan lejos, y no son pocas las compañías que están empezando a alertar de que no podrán cumplir con los objetivos de beneficios que se habían marcado. La tecnología, que ha sido una de las insignias de los alcistas por excelencia (el Nasdaq alcanzó máximos del año 2000, mientras que el resto de índices norteamericanos tocó los niveles más altos de los últimos cuatro), puede dar alguna excusa a quienes piensan en una corrección.
Atención a los resultados
Casi recién estrenado septiembre, el mayor fabricante de chips del mundo, Intel, afirmó que durante el tercer trimestre del año sus beneficios serán 300 millones menos de lo que preveía anteriormente y ya descontaba el mercado. Además, Oracle y Adobe tampoco dieron buenos síntomas la semana pasada. La primera cumplió con los beneficios que esperaba el mercado al presentar resultados, pero decepcionó en sus ingresos, y esta última anunció que para el próximo trimestre prevé un beneficio de entre 53 y 58 dólares por acción, frente a los 67 dólares que esperaban los analistas.
No sólo por estas últimas decepciones, sino también a raíz de la temporada de resultados del segundo trimestre que, para la mayoría de valores comenzó el 9 de julio, los analistas están revisando a la baja sus previsiones para las compañías del Nasdaq.
Pero, a pesar de que ahora esperan menores beneficios por parte de las compañías tecnológicas, éstas se han encarecido en bolsa. Una compañía puede cotizar más cara, es decir, a mayor PER, por dos motivos: bien porque la acción suba en bolsa, o bien porque empeoren las expectativas de beneficios, convirtiéndola en menos atractiva. Pero, en este caso, mientras que las estimaciones de ganancias para el Nasdaq se han resentido desde julio, el índice no ha dejado de avanzar y encarecerse sin el sustento de los beneficios (ver gráfico). Esta misma semana los inversores pudieron comprobar la susceptibilidad que rodea incluso al valor más fuerte de Nasdaq, Apple. Después de que se publicase que vendió cinco millones de iPhone durante el fin de semana, por debajo de las expectativas de algunos analistas, el valor llegó a derrumbarse más de un 2% en bolsa.
De ahí que la temporada de resultados pueda ser la excusa para quienes esperan una corrección. Además, no es un hecho sólo aislado a la tecnología. Caterpillar -el mayor fabricante del mundo de equipamiento para la construcción- acaba de lanzar una advertencia similar sobre sus ganancias. Su situación suele ser un barómetro del crecimiento mundial. Y la rebaja en su previsión de crecimiento implica que aunque Estados Unidos resuelva sus problemas fiscales y Europa termine con la crisis de deuda periférica, las condiciones para las empresas problablemente seguirán siendo poco alentadoras durante bastante tiempo, como explica Alain Galibert, analista de Ágora A.F. Y no sólo Caterpillar reduce sus expectativas, hace escasos días hizo lo mismo Fedex.