
Era cuestión de tiempo que el interés que ofrecen de media los depósitos superase el de las letras. Y sucedió . La menor presión en el mercado sobre la deuda española y las últimas subidas en la rentabilidad de las imposiciones a plazo fijo de la banca tras la supresión de la penalización a los superdepósitos han permitido que así sea.
El Tesoro Público afrontó una subasta de letras a 12 y 18 meses por las que pagó un interés del 2,84% y del 3,15%, respectivamente. Por debajo de lo que rentan ya de media los depósitos a un año, que rinden ya un 2,86% -la más elevada desde noviembre de 2011-.
Era una crónica anunciada. Desde que el mercado empezara a descontar en agosto que España terminará solicitando el rescate a sus socios europeos tarde o temprano, los intereses que el Estado se ha visto obligado a pagar para financiarse se han ido reduciendo progresivamente hasta perder parte de su atractivo respecto a uno de sus principales competidores a la hora de captar el ahorro de los particulares, los depósitos.
Aunque en ello no sólo ha influido la menor percepción de riesgo de los inversores, que descuentan una mayor estabilidad en el mercado de deuda en los próximos meses pese a que aún quedan asuntos por resolver; la causa también hay que buscarla en el repunte de los intereses de los plazos fijos. Todo empezó en agosto. La necesidad de liquidez de la banca ante el cierre de los mercados mayoristas -reabiertos momentáneamente- propició un cambio en la estrategia del sector a la hora de captar ahorro, que pasó por elevar la retribución de sus depósitos. Sobre todo, la que ofrecen los plazos a seis meses, que permiten cuadrar la liquidez que precisan antes de que acabe el año.
Pero la verdadera batalla se ha producido en las últimas semanas, después de que el Gobierno anunciara en su tercera reforma financiera la supresión de la penalización aprobada en julio del año pasado a los depósitos que ofrecían elevadas rentabilidad con aportaciones adicionales, cinco veces superiores a la habitual, al Fondo de Garantía de Depósitos (FGD) español. La primera entidad en abrir fuego fue Popular, que elevó el interés de su depósito a un año hasta el 4,25% (hasta el 30 de septiembre). Y a partir de ahí, el resto ha seguido sus pasos.
Incluída la gran banca española -Santander y BBVA-. La entidad que preside Emilio Botín ha aumentado la retribución de su depósito a doce meses hasta el 3,7% para las inversiones que superen los 60.000 euros; mientras que el banco presidido por Francisco González ha elevado el interés de su producto a un año hasta el 3,75% -eso sí, se trata de un depósito con vinculación-. Aunque la mayor sorpresa ha sido Bankia.
Más por menos para el Tesoro
La convergencia entre los intereses de depósitos y deuda pública se dio de la manera más favorable para el Estado, con una relajación de su coste de financiación. Lo que le vino como agua de mayo estando octubre a la vuelta de la esquina el el que hay pagos en concepto de vencimientos de deuda de casi 29.500 millones de euros en ese mes. Al Tesoro no le queda otra que ponerse las pilas para dar abasto. lo hizo y lo demostró al batir el objetivo máximo de financiación en la emisión de letras a 12 y 18 meses que dejó en principio buenas sensaciones, aunque la prueba de fuego es este jueves con la subasta de bonos a 3 y 10 años.
El Tesoro captó 4.576 millones de euros frente a los 4.514 de la precedente y a una demanda que se mantuvo en niveles muy similares a los de la anterior. La actual coyuntura de los mercados favoreció que España se pudiera financiar a un menor coste.
En concreto, en las letras a 12 meses el interés exigido fue del 2,84% frente al 3,07% de la emisión de agosto. Mientras que en letras a 18 meses el rendimiento fue del 3,15 % respecto al 3,45% de la anterior emisión. En ambos casos, suponen los intereses más bajos que paga el Estado por colocar deuda a este plazo desde el mes de abril.