Venezuela tiene el más alto número de barriles de la OPEP: casi 300.000 millones
Muchos son los que le llaman oro negro ¡Y no en balde! Los países productores de esta valiosa materia prima han visto su panorama color azabache en más de una ocasión. Y todo gracias a un factor común: el riesgo. Y ahora los riesgos son muchos y muy variado.
Cuando no es el ser humano...
La historia del crudo está salpicada de conflictos. Desde la primera crisis en 1973, con la Guerra del Yom Kippur - a raíz de la cual los países árabes exportadores dejaron de negociar con los Estados que habían apoyado a Israel, con la consiguiente subida del precio del barril - hasta seis años después, con la Revolución iraní y la invasión por Irak, cuando el país dejó de exportar petróleo y el precio de éste volvió a inflarse. Desde entonces, el mundo tomó consciencia de la gran dependencia que tenía del oro negro. Un vínculo que no ha cambiado con el tiempo.
Ya en 2008 la demanda de crudo por parte de países emergentes creció, y los países productores no dieron abasto. El 3 de julio de aquel año, el precio del West Texas Intermediate (WTI), barril de referencia norteamericano, y del Brent, referente europeo, alcanzaron respectivamente los 145,29 y los 146 dólares por barril, máximos históricos. Los mercados entraron en pánico cuando el 15 de septiembre se declaraba en quiebra Lehman Brothers, el cuarto banco de inversión de EEUU. Se produjo un descenso del 70% a lo largo del año, que culminaría con los precios mínimos de 33,87 dólares para el WTI, el 19 de diciembre, y de 36,61 dólares para el Brent.
Y en el cambiante panorama internacional no han dejado de surgir retos ni para el crudo ni para los inversores. El caso más claro es el de Oriente Medio. Según datos de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), la producción diaria de la zona asciende a 23 millones de barriles, más de la cuarta parte de la producción mundial en 2011, y sus reservas rozan los 797.000 millones de barriles, hechos que hacen del conjunto de esos países la zona mundial más rica en petróleo. Pero también, por razones históricas, uno de los focos más conflictivos, hasta ahora mismo.
Si se parte de la base de que el Brent es más sensible que el WTI a cuanto ocurre en Oriente Medio, se entiende que la Primavera Árabe no sólo fue una revuelta sociopolítica, sino también mercantil. La sublevación contra Gadafi marcó el destino del crudo libio, cuyo barril, el Es Sider, destaca por su gran calidad. Ante la gravedad de la situación en el país africano, empresas como Shell o BP abandonaron sus proyectos allí. Y hoy en día, sucesos como la muerte de Chris Stevens, embajador estadounidense en el país, durante la madrugada del 11 de septiembre, no contribuyen a mejorar la situación.
Además, las tensiones generadas por el programa nuclear iraní llevaron a la Unión Europea a vetar en enero de 2012 las exportaciones de petróleo de ese país. La sanción entró en vigor en julio, con consecuencias como el aumento del precio de la gasolina en España o el recrudecimiento de la economía iraní. Cada novedad es una preocupación más para los inversores. Por ejemplo, el precio del Brent se disparó más de un 15% en tres semanas por el miedo de estos ante las amenazas de cerrar el Estrecho de Ormuz, por donde circula aproximadamente el 20% del tráfico mundial de petróleo. Pero Oriente Medio no es el único frente al rojo vivo.
Venezuela, con una producción actual cercana a los 3 millones de barriles al día -2,5 exportados a EEUU y China-, es uno de los miembros más influyentes de la OPEP. Además, el país planea invertir cerca de 104.000 millones de euros en la Faja Petrolífera del río Orinoco para duplicar esa producción de cara a 2019. No obstante, el sistema de refinanciación venezolano quedó en evidencia con la explosión en la refinería Amuay, el 25 de agosto. Y no hay que perder de vista a China, la segunda economía mundial, con una producción diaria de más de 4 millones de barriles, ni a Rusia, que supera el nivel de Arabia Saudí con sus casi 10 millones diarios. Dos colosos cuyas economías avanzan con rapidez y cuya influencia en la escena internacional es decisiva.
...es la 'Madre Naturaleza'
Pero el humano no es el único factor temible. Así lo demostró el huracán Katrina en agosto de 2005, cuando mantuvo fuera de producción hasta 875.000 barrilles de origen norteamericano. Y sólo un mes después, Rita paralizó 469 plataformas y dejó fuera de servicio 11 refinerías de la zona. Precisamente el riesgo llevó a los inversores a liquidar parte de sus acciones. Dos años más tarde, Gonu sacudió el Golfo Pérsico e interrumpió tres días las exportaciones de crudo de Omán, cuya producción en 2007 fue de 653.000 barriles diarios. En los últimos tiempos, Isaac asustó a la costa estadounidense, pero al ser un huracán de categoría 1 no ha seguido los pasos de sus predecesores.
Por otro lado, el fuego también ha hecho de las suyas. El último ejemplo: Richmond, en California. El 7 de agosto un incendio en la refinería Chevron interrumpió la producción -245.000 barriles diarios-, con la consecuente apreciación de la gasolina. Parece que, influya el factor que influya, petróleo se escribe con p de peligro.