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Bernanke imprimirá más dólares contra la crisis y promete 'dinero gratis' hasta 2015

No se sabe si Ben Bernanke es supersticioso o no; o si cree en los dichos. Pero sin duda deseará que a la tercera vaya la vencida. Porque la institución que preside, la Reserva Federal (Fed), volvió a poner en marcha sus impresoras. Por tercera vez desde el inicio de la crisis, allá por 2007, el banco central norteamericano creará más dólares. Una tercera ronda de estímulos cuantitativos -QE3, denominación sucesora de sus predecesores QE1 y QE2-, que esta vez se centrará en adquirir deuda hipotecaria con el ánimo de apoyar este segmento y, por añadidura, reactivar el sector inmobiliario. Eso sí, a diferencia de los programas anteriores, Bernanke no precisó la munición total del QE3. Comunicó que dedicará 40.000 millones de dólares al mes a la compra de estos títulos, pero sin concretar durante cuánto tiempo.

Y aún hubo más, porque la Fed se comprometió a mantener los tipos de interés entre el 0 y el 0,25% durante más tiempo: si hasta ahora había acordado dejarlos en ese nivel -el más bajo de siempre- hasta finales de 2014, comunicó que no los tocará hasta mediados de 2015. Además, mantendrá el resto de las estrategias que ya tenía en marcha: por un lado, Bernanke continuará bailando el Twist -comprando deuda pública a largo plazo con el dinero procedente de la venta de deuda a corto plazo- hasta finales de 2012; y por otro, seguirá adquiriendo más deuda hipotecaria con el dinero procedente del vencimiento de los títulos que ya tiene en cartera. Todo ello, en conjunto, conducirá a que la cartera de deuda a largo plazo de la entidad engordará a un ritmo de 85.000 millones de dólares adicionales al mes hasta que acabe 2012.

Más 'vitaminas'

Estas medidas, todas ellas con dimensiones históricas, evidencian el grado de preocupación que sienten los miembros del Comité Federal del Mercado Abierto (CFMA), el órgano de la Fed encargado de definir la política monetaria en EEUU. Bueno, a todos menos a uno, Jeffrey Lacker, que se mantuvo en su línea -ha sido la voz disidente en todas las reuniones de 2012- y se opuso a la adopción de nuevos estímulos. Los demás sí apoyaron las iniciativas. Cerraron filas en torno a su presidente, que ya había manifestado su intención de pasar a la acción para apuntalar la recuperación si la situación lo requería.

Y a su juicio la economía no puede esperar más. Necesita vitaminas, porque permanece anémica. Poco o nada le importó que su decisión pueda interpretarse en clave electoral o que la Fed pueda ser criticada por demócratas o republicanos, que afrontan la recta final de la campaña electoral. Ese no es el caudrilátero de Bernanke; el suyo es tratar de reforzar la recuperación.

"La actividad económica ha seguido creciendo a un ritmo moderado en los últimos meses", reconoció la institución para empezar. Pero lo que más le duele es el empleo. La tasa de paro permanece demasiado alta para los estándares norteamericanos. Aunque en agosto descendió del 8,3 al 8,1%, sigue claramente por encima de su media de los últimos 50 años, situada en el 6,1%. "El crecimiento en el empleo ha sido lento y la tasa de paro permanece alta", admitió.

¡Es el empleo!

Preparado el terreno, pasó a justificar sus acciones con más detalle y siempre con un objetivo en mente: el empleo. "La debilidad del mercado laboral debería preocupar a cada americano", reclamó Bernanke en la rueda de prensa posterior a la reunión. Y se comprometió a hacer lo que sea necesario para reducir el paro hasta el 6%, en línea con el objetivo de desempleo a largo plazo que tiene la Fed.

Por el momento, el QE3 ya persigue ese objetivo. "Al CFMA le preocupa que, sin más estímulos, el crecimiento económico podría no ser lo suficientemente fuerte para generar una mejoría sustancial en las condiciones del mercado laboral", defendió. Y a eso se dedicó. A estimular. "[Las compras de deuda] deberían presionar a la baja los intereses a largo plazo, apoyar los mercados hipotecarios y ayudar a generar unas condiciones financieras más suaves", confesó.

¿Y si no es suficiente con el QE3? Pues si hace falta habrá más; sobre todo, una vez más, si el mercado laboral no resucita. "Si la perspectiva del mercado laboral no mejora sustancialmente, el Comité continuará comprando deuda hipotecaria, emprenderá adquisiciones adicionales y usará el resto de sus herramientas como resulte apropiado hasta conseguir ese objetivo en un contexto de estabilidad de precios", proclamó para que su compromiso quedara aún más claro.

Mejor en 2013

Refrendando sus impresiones, las nuevas previsiones económicas que la Fed anunció apenas recogen una mejoría en el mercado laboral en los próximos meses. Para este año, mantiene, como en junio, que el desempleo se moverá entre el 8 y el 8,2%. En 2013, pronostica que el paro oscilará entre el 7,6 y el 7,9%, similar a las cifras de hace tres meses, comprendidas entre el 7,5 y el 8%.

Y eso que el banco central norteamericano anticipa un robustecimiento de la recuperación a lo largo de 2013. Durante el próximo año, la economía podría crecer entre un 2,5 y un 3%, por encima de la anterior previsión, situada entre el 2,2 y el 2,8%. Antes, eso sí, el crecimiento será menor en 2012. Entre el 1,7 y el 2%, cuando en junio lo veía entre el 1,9 y el 2,4%.

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