Europa y Estados Unidos se encuentran en un momento de inmovilidad y buena muestra de ello es que en la sesión de ayer los índices permanercieron prácticamente planos. El Ibex 35 subió apenas un 0,08, mientras que el Dow Jones lo hacía en un 0,10 por ciento. Las posibles ayudas por parte del Banco Central Europeo (BCE) y los estímulos económicos que podría acometer la Reserva Federal (Fed) se están reflejando en las bolsas y es que tanto los índices europeos como los americanos están recortando posiciones con respecto a sus máximos anuales, incluso algunos están a punto de atacar sus resistencias.
No obstante, ¿cuál es el mercado que está descontando con mayor fuerza las posibles ayudas de sus respectivas instituciones?
A priori, parece que es Wall Street quien gana la carrera. De media sus índices están a tan sólo un punto y medio porcentual de batir su techo en 2012, mientras que los índices europeos se sitúan en torno a un 7 por ciento de media (ver gráfico).
El mensaje del presidente de la Fed, Ben Bernanke, en la reunión anual de Jackson Hole, en el que aseguró que el banco central estadounidense proporcionará las medidas adicionales de estímulo que sean necesarias para activar una recuperación más fuerte de la economía y del mercado laboral, está alentando a los principales indicadores. Así, a la cabeza del pelotón se sitúa el S&P 500, al que sólo un 0,8 por ciento le separa de superar su nivel máximo registrado el pasado 2 de abril en 1.419,04 puntos. Muy de cerca le sigue el Dow Jones, que se encuentra a un 1,6 por ciento de los 13.279,32 puntos, su máximo en 2012.
La media de las bolsas europeas (7 por ciento) se ve fuertemente lastrada por España e Italia, cuyos principales índices se encuentran a un 15 y 11 por ciento de sus techos anuales, respectivamente. Sin embargo, algunos mercados del Viejo Continente podrían dar la sorpresa y superar sus resistencias, y de ello depende mucho lo que Mario Draghi, presidente del BCE, comunique en el día de hoy.
La historia así lo corrobora. El pasado 26 de julio (día después de las famosas palabras de Draghi en las que aseguró que haría todo lo posible por salvar el euro), los índices europeos repuntaron de media más de un 4 por ciento, siendo el alza más significativa la del principal selectivo español que escaló más de un 6 por ciento.
De momento, el que más cerca se encuentra de máximos es el Dax, cuyo cierre de ayer, 6964,69 puntos, lo deja a un 2,6 por ciento de los 7157,82 puntos alcanzados el 16 de marzo.
El BCE tiene la última palabra
A la luz de estos datos, la principal conclusión que se puede asumir es que, si Mario Draghi pronuncia las palabras adecuadas, Europa tiene mayor margen para sorprender que si Ben Bernanke da por fin luz verde a la tercera edición del programa de estímulo cuantitativo de la Fed (QE3). Y eso que ya son varias las semanas que los mercados están descontando una intervención contundente por parte del BCE, con numerosas filtraciones.
La última llegó ayer mismo, al publicar la agencia Bloomberg que el líder de la institución monetaria pondrá en marcha un programa de compras esterilizadas de deuda (ver página 18). En cualquier caso, los analistas muestran escepticismo, basándose en precedentes anteriores y en que prácticamente ya se ha comprado con el rumor.
El propio Bill Gross declaró a través del Twitter oficial de Pimco, la gestora que preside, que "el plan filtrado del BCE es ilimitado en cantidad pero está condicionado a la política fiscal.
Debería inclinar abruptamente la curva al reducir la incertidumbre sobre el futuro del euro". Desde Unicorp, Miguel Paz expresa su hipótesis de que "los mercados, de reaccionar contundentemente, lo harán en forma de corrección". El experto explica que las expectativas son tan optimistas "que de cumplirse, ya podrían estar descontadas y no subir el mercado, pero como el BCE vuelva a defraudar las correcciones están aseguradas".