
La caótica sesión de ayer dejó un gusto bastante positivo para los alcistas después de todo. Tras la venta de Bear Stearns a precio de saldo a JP Morgan para evitar la quiebra y la bajada de emergencia del tipo de descuento de la Fed, lo normal habría sido un desplome brutal de los índices. Y aunque Europa sí acabó con fuertes caídas, EEUU consiguió recuperar de forma apreciable tras una apertura terrorífica.
Es verdad que Wall Street había bajado mucho la semana pasada y que la subida final del Dow Jones, del 0,18%, se debió casi exclusivamente al tirón con que el mercado premió a JP Morgan (del 10,3%). Pero un cierre alcista del Dow y unas pérdidas de sólo el 0,9% para el S&P 500 y del 1,6% para el Nasdaq, en un día como el de ayer, son para estar contento. Podía haber sido muchísimo peor.
Las esperanzas de la Fed
Detrás de esta remontada hay que señalar también las esperanzas de que la Fed acuda hoy al rescate de los mercados. Sin embargo, Bernanke no tiene demasiadas opciones más después de que ayer bajara el tipo de descuento y permitiera a los brokers tomar prestado como si fueran bancos comerciales, algo que no había hecho desde la Gran Depresión.
El mercado descuenta una bajada de 0,75 puntos, pero después de lo de ayer se espera que alcance un punto porcentual completo. El mensaje tiene que ser más contundente que nunca en estos momentos de temor generalizado a que otros grandes de Wall Street sigan el camino de Bear.
Valores que caen
Este miedo se cebó ayer con Lehman Brothers, que se desplomó el 19,1%. También cayeron con fuerza Merrill Lynch y Goldman Sachs. Bear Stearns, que el viernes había caído más del 40%, se hundió el 84% para adecuarse al precio de la oferta.
Además, hoy no sólo tendremos que estar pendientes de la reunión de la Fed. También conoceremos los precios industriales y las viviendas iniciadas de febrero. Dos datos que pueden parecer menores pero que pueden ser muy importantes para refrenar o dejar el campo libre a Bernanke.
El pagano de esta situación crítica sigue siendo el dólar, que ayer volvió a desplomarse hasta niveles de 1,59 por euro. El petróleo es lo único que afloja: después de alcanzar un récord de 111,8 dólares, sufrió la mayor caída diaria desde 1991, del 4,1% hasta 105,68.