Bolsa, mercados y cotizaciones

El volumen de bolsa cae un 52% por el cierre de posiciones cortas

¿Hay alguien ahí? Da igual que agosto haya terminado con una subida del 10 por ciento, que le otorga el honor de ser el segundo mes más alcista del Ibex 35 en el año (el más alcista fue junio, con una subida acumulada de más del 16 por ciento). El volumen, en cambio, ha tocado fondo.

Así lo indican los datos correspondientes al mes saliente, que publicó ayer BME. Éstos muestran que el efectivo contratado en este tiempo ha caído hasta los 33.584 millones de euros (ver gráfico), cifra que vuelve a las comparaciones dramáticas, puesto que se trata de un 52,71 por ciento menos respecto al mes de julio, que terminó con un saldo en torno a los 71.000 millones de euros.

En cambio, si se comparan los datos de agosto con el volumen registrado en el mismo mes del año pasado, 70.790 millones de euros, se trata de una caída interanual del 52,5 por ciento. No se trata sólo del nivel más bajo desde que comenzó 2012, sino que es necesario remontarse hasta agosto de 2004 para encontrar una cifra más baja en el parqué español (32.421 millones). No obstante, es necesario aportar dos matizaciones a este dato. La primera, que agosto ha sido tradicionalmente un mes de pocos movimientos bursátiles, tanto en España como en otros parqués europeos. La segunda, como puntualizan desde el organismo rector de la bolsa, que el de 2011 fue "uno de los mejores agostos de la historia -en lo que a volumen se refiere- por los acontecimientos excepcionales relacionados con la situación económica de la zona euro".

Los bajistas dan la puntilla

La cuestión es que, incluso teniendo en cuenta estos dos factores, lo que refleja el dato sobre el volumen es una ausencia cada vez más notable de jugadores dentro de la bolsa española. Las estadísticas de BME reflejan que el número de operaciones registradas en el año es de 31 millones de euros, un 2,9 por ciento inferior a los ocho primeros meses del año pasado. "El número de negociaciones en agosto se ha situado en 2,3 millones, con un descenso del 47 por ciento frente a agosto de 2011", informa la cuidadora de la bolsa española.

Esta ausencia de movimientos se está volviendo cada vez más peligrosa, pues favorece los movimientos bruscos en el parqué: al haber menos operaciones de compra y venta, cuando alguien da una orden en una de las dos direcciones, el valor experimenta movimientos bruscos que pueden hacer ganar o perder mucho dinero al resto de accionistas. Asimismo, el hecho de que haya menos manos dispuestas a mover el mercado implica la retirada de liquidez del mercado, uno de los principales quebraderos de cabeza para los inversores desde que estalló la crisis financiera.

Esta situación de bajo volumen y alta volatilidad se ha visto exacerbada por la prohibición a cargo de la CNMV el 23 de julio de las posiciones cortas -aquellas en las que el inversor toma títulos prestados para venderlos con la expectativa de que caigan y poder recomprarlos, quedándose con la diferencia- sobre todos los valores e índices de la bolsa.

En principio, la medida tendrá vigencia sólo durante tres meses, aunque está sentado el precedente de alargar este periodo si el mercado experimenta fuertes caídas, como ya hizo el regulador español el año pasado al repuntar con virulencia la crisis de la deuda soberana en Europa. Se trata de una decisión de fuerte controversia, pues numerosos expertos han afirmado que la medida supone una intervención de hecho del mercado y que sus efectos positivos en el largo plazo son más bien dudosos. La propia BME se encuentra entre los detractores, puesto que los efectos de la anterior prohibición contribuyeron a lastrar al valor al deshacerse posiciones cortas, provocando una pérdida de capitalización que estuvo a punto de provocar la salida de la plataforma bursátil de su propio índice de referencia. En esta ocasión, el valor está aguantando mejor la restricción (subió un 13,6 por ciento en agosto) pero debido en gran parte a la fortaleza de su dividendo, uno de los más fiables del Ibex, dado que es íntegramente en metálico, que entrega el próximo 14 de septiembre.

Se salvan ETF y derivados

Los males de la renta variable no se han transferido a otras vías de inversión, al menos de forma tan acusada. Tal ha sido el caso de los ETF (fondos que replican el comportamiento de un activo): según el balance mensual de BME, las contrataciones de este tipo de productos equivalen a 690 millones en agosto, un 235 por ciento más que 2012 y un 154 por ciento más que el mismo mes del año pasado. No obstante, el efectivo acumulado, 1.953 millones de euros, ha sido un 13,6 por ciento inferior al de agosto de 2011.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky