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Draghi reivindica que es el momento de adoptar "medidas excepcionales"

El presidente del Banco Central Europeo (BCE), Mario Draghi, sabe que donde se la juega de verdad es en Alemania. Es allí donde se está encontrando la mayor oposición, personificada en Jens Weidmann, el mandatario del influyente Bundesbank, el banco central germano.

Consciente de que si no salva este escollo será muy difícil sacar adelante un plan creíble de compras de deuda pública, que es lo que anunció a comienzos de agosto, Draghi trató de persuadir a los halcones alemanes en su propio terreno. En un artículo publicado ayer en el semanario teutón Die Zeit, el banquero italiano, sin olvidarse por supuesto de que "el BCE hará todo lo necesario para asegurar la estabilidad de precios", invitó a hacer un esfuerzo para ir más lejos. "Cumplir nuestro mandato requiere en ocasiones que vayamos más allá de las herramientas estándar de política monetaria. [Hay momentos que] podrían requerir medidas excepcionales", defendió.

Actualmente, esas "medidas excepcionales" pasan, sobre todo, por definir y concretar ese renovado plan de adquisiciones de bonos -llamado Programa Condicionado de Compras de Bonos Gubernamentales-, que será la piedra angular en torno a la que girará la próxima reunión del BCE, que tendrá lugar el 6 de septiembre. Adicionalmente, la institución podría recortar los tipos de interés oficiales del 0,75 al 0,5 por ciento, reforzar la liquidez del sistema o exigir a los bancos que le paguen por el dinero que depositen temporalmente en el BCE, pero la clave residirá en lo que anuncie sobre esa nueva variante para adquirir deuda soberana.

El planteamiento de incluir esas "medidas excepcionales" en el mandato del BCE, un argumento que ya empleó a finales de julio, continuó alentando las expectativas del mercado con respecto a la reunión de la próxima semana. Y permitió, junto con la buena subasta de letras de Italia y el apoyo que Angela Merkel mostró a los esfuerzos del Gobierno de Mario Monti, que la deuda pública española se sobrepusiera a las dudas matinales sobre los rescates autonómicos.

El rendimiento de los bonos a 10 años, que por la mañana repuntó hasta el 6,55 por ciento, se frenó hasta el 6,46 por ciento. A su vez, la prima de riesgo, medida por la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a 10 años, finalizó en los 508 puntos básicos, por debajo de los 514 de la víspera y de los 525 puntos a los que escaló a primera hora.

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