
Los bancos europeos están retirando los vehículos que permiten a los inversores especular sobre los precios de los alimentos, debido al riesgo reputacional en medio de las presiones sociales y políticas. Así, liquidan o dejan de emitir estos vehículos, bajo acusaciones de influir en los precios.
El austriaco Volksbanken es el quinto banco europeo que anuncia el fin de sus inversiones en fondos ligados a materias primas agrícolas o bien que ya no emitirán más productos de este tipo. Los bancos alemanes Deutsche Bank, Commerzbank, DekaBank y Landesbank Baden-Würtemberg han anunciado medidas similares.
Esta retirada, que llega después de la subida a máximos históricos de la soja y el maíz por culpa de la peor sequía en el cinturón agrícola de EEUU en medio siglo, es una victoria para campañas como la de la institución alemana Food Watch, Oxfam, el World Development Movement y algunos abogados en Europa continental.
Pero esto no ha gustado a los inversores institucionales, que sostienen que esta retirada va en contra de los estudios del FMI o la FAO, que aseguran que la demanda y la oferta, y no la especulación, es lo que está detrás de la subida de precios.
¿Demanda o especulación?
Los bancos se están retirando o dejando de lanzar pequeños fondos cotizados (ETF) que permiten a los inversores tener un acceso fácil a las materias primas. Barclays y Deutsche Bank están entre los mayores emisores de ETF de materias primas y otros productos similares.
Los activistas en este campo han dado la bienvenida a estas medidas, pero afirman que los bancos tienen que hacer mucho más. "Son grandes noticias, pero todavía mantienen sus inversiones en vehículos sobre el petróleo", señala Christine Haigh, del World Development Movement, uno de los más activos críticos de la especulación en materias primas.
No obstante, los bancos aseguran que este movimiento no es un reconocimiento de que la especulación hace subir los precios de los alimentos, sino un intento de proteger su reputación frente a las feroces críticas. Martin Fuchsbauer, consejero del Volksbanken, asegura que, aunque el banco piensa que operar en materias primas agrícolas es "necesario para mantener el mercado y, en consecuencia, la economía estables", también entiende "los argumentos de los críticos y por tanto será mucho más sensible en el futuro respecto a su gama de productos".
Deutsche Bank, el mayor banco europeo por activos, ha dicho que no lanzará nuevos ETF ligados a estas materias primas mientras revisa el impacto de sus inversiones en el sector. Los analistas afirman que, si Deutsche retira todos sus ETF ligados a la agricultura, al menos 1.000 millones de dólares tendrán que buscar otro destino.
Commerzbank explica que no emitirá nuevos ETF ligados a la agricultura y además ha cambiado la composición de su ETF ComStage Commodity, que gestiona unos 145 millones, para retirar los alimentos.
En el pasado, los inversores institucionales en Europa han defendido sus posiciones en materias primas y, en especial, en los alimentos. PGGM, el fondo de pensiones holandés que tiene 125.000 millones en activos, es uno de los mayores inversores en materias primas y llegó a la conclusión el año pasado de que los precios se mueven por la oferta y la demanda, no por los especuladores.
Pero algunos inversores estadounidenses han adoptado una aproximación prudente a las materias primas. El segundo mayor plan de pensiones público de EEUU, redujo hace dos años su plan para invertir en materias primas desde una estimación inicial de 2.500 millones de dólares hasta tan sólo 150. Algo que se debió en parte a las críticas de grupos como el católico Maryknoll.