Por segundo día consecutivo, los alcistas perdieron la partida en la bolsa española, que se alejó aún más de la resistencia situada en los 7.220 puntos. Las ventas se impusieron en un Ibex 35 que llegó a caer un 1,73% a lo largo de la sesión, hasta coquetear con el soporte de los 7.000 puntos. Sin embargo, el buen dato de peticiones semanales por desempleo en EEUU cambió el rumbo de las bolsas europeas. Con la apertura de Wall Street, las pérdidas del índice español se moderaron a un 0,56%, hasta los 7.110 puntos.
Ayer, 9 de agosto, se cumplieron cinco años desde el inicio de la crisis. Aquel día, los principales bancos centrales acudieron a la llamada de socorro de las entidades financieras privadas para poner fin a la limitada liquidez que existía en el mercado interbancario, inyectando millones de dólares. Ahora, sin embargo, el Banco Central Europeo (BCE) sólo fue protagonista por su rebaja en las perspectivas de crecimiento de la eurozona para este año, que quedaron recogidas en su informe mensual de agosto. En él, la autoridad europea manifestó que las dudas sobre el euro son inaceptables, por lo que se deben afrontar de manera contundente.
Más rotundo fue Noyer, consejero del BCE, en una entrevista al periódico Le Point, al declarar que "[la institución] debe de estar preparada para intervenir muy pronto, dando prioridad a los mercados de deuda a corto plazo". Y que, además, "las operaciones serán de un tamaño suficiente para causar un fuerte impacto en los mercados financieros". Aunque también subrayó que la acción de la autoridad europea no puede remplazar las medidas políticas de los países miembros, que deben continuar con sus reformas.
Con el futuro económico de Europa en juego, y con un mercado que ya descuenta el rescate de España, la sorpresa llegó desde Italia, cuando Frascenso Profumo, ministro de Educación italiano, reconoció que su Gobierno ha mantenido conversaciones para una posible petición de ayuda al fondo de rescate europeo (FEEF); a pesar de que hasta ahora, el primer ministro italiano, Mario Monti, había declarado que no lo veía necesario, aunque tampoco lo había descartado.
En este contexto, sólo la bolsa española, alemana e italiana cerraron en signo negativo. Las mayores subidas en Europa fueron de Portugal y Francia, con revalorizaciones superiores al 0,5%.