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S&P mantiene el rating de España en BBB+ con perspectiva negativa por su compromiso con los ajustes

  • Valora la reorientación de la economía, pero advierte de consecuencias
  • Apunta a que el rating podría verse afectado si las CCAA no cumplen
  • Cree que no se llegará al objetivo del 6,3% de déficit, pero por poco

La agencia de calificación Standard & Poor´s ha mantenido el rating de España en BBB+, aunque también mantiene la perspectiva negativa, por el "fuerte compromiso con los ajustes fiscales y económicos".

S&P ha decidido dejar la perspectiva del rating en 'negativa' por dos motivos: la posibilidad de una contracción del PIB todavía más pronunciada de lo esperada, como consecuencia del rápido desapalancamiento del sector financiero y de un debilitamiento de la demanda externa, y cambios en sus estimación del coste de la recapitalización del sector financiero español.

Asimismo, podría rebajar el ratings de España, incluso al grado de 'bono basura', si considera que el apoyo de la Eurozona no logra generar confianza suficiente para mantener los costes de financiación del Estado a niveles compatibles con la sostenibilidad de la deuda y un saldo fiscal primario en equilibrio.

Por el contrario, apunta que revisar la perspectiva del rating a estable si las reformas presupuestarias y estructurales del gobierno, junto con un exitoso programa de apoyo de la eurozona, estabilizan las principales medidas que determinan de calidad crediticia de España.

S&P explica que su rating BBB+ está apoyado por su visión de que España es una economía próspera y diversificada, con un sistema político estable, y en la actual implementación de una agenda reformista completa en materia fiscal y estructural.

En el lado negativo, la calificación está limitada por el alto endeudamiento externo del sector financiero, las obligaciones contingentes significativas y las rigideces de su economía, incluido su todavía altamente segmentado mercado laboral.

Reorientación de la economía española

La agencia destaca también que la economía española se está ajustando rápidamente de la demanda interna a la externa, como demuestra el fuerte desempeño de sus exportaciones de bienes y servicios desde 2010.

Uno de los problemas de esta reorientación de la Economía ha sido la caída de la recaudación, particularmente los impuestos indirectos, con el resultado de déficits fiscales que han superado siempre las expectativas, lo que también ha llevado a más deuda, puntualiza la agencia.

Además, en 2012, el ritmo de este desendeudamiento público y privado se ha acelerado, y es probable que lleve a una mayor contracción de la inversión y el consumo, lo que pone en riesgo la "ambiciosa" meta del 6,3% de déficit que se ha propuesto el Gobierno.

Sobre el fondo de liquidez autonómico, el FLA, la agencia asegura que no afectará al rating ya que la deuda de las CCAA ya se incluye en la deuda total del Estado, aunque apunta a que cree que necesitará ampliarse en 2013. Sin embargo, advierte de que la calificación "podría ser influenciada por un gran y constante desviación de las regiones de sus objetivos de consolidación".

Con todo, el escenario base de S&P es que España seguirá recibiendo apoyo de los socios europeos y del BCE, lo que en su opinión "debería contribuir a los esfuerzos del gobierno para restaurar la confianza en el sector financiero y sentar las bases de una recuperación sostenible".

Eso sí, aunque cree que va a haber una reducción sustancial del déficit, espera que sea ligeramente superior al 6,3% esperado, y apunta a que no bajará del 4% hasta 2015. Sin embargo, añade S&P, hay riesgo de que se vea una mayor contracción de la economía en 2012 y 2013.

S&P recuerda que las auditorías externas están analizando actualmente las necesidades de la banca, y que evaluarán sus resultados una vez que se presenten los resultados a finales de septiembre. El rating actual de España está basado en la asunción de que el Gobierno no dará más ayuda que los 100.000 millones que llegarán de Europa, y de hecho espera que las necesidades sean significativamente menores.

Su escenario base también contempla que la deuda de España se mantendrá por debajo del 80% del PIB después de 2015, una vez que asumen que los préstamos gubernamentales a la banca serán mutualizados entre todos los gobiernos de la Eurozona, es decir que el préstamo europeo irá directamente a la banca y contará como deuda del Estado, algo que todavía no está nada claro.

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