El mercado está a punto de darle al Tesoro con la puerta en las narices. Así lo reflejaron ayer los rendimientos de los distintos tramos de la curva de la deuda del Reino de España, con la prima de riesgo como mascarón de proa. El interés adicional que exigen los inversores al bono español a diez años con respecto a su par alemán se tensó hasta cerrar en un nuevo nivel histórico, los 632 puntos básicos, aunque durante la sesión llegó a tocar los 642 puntos.
En cualquier caso, ambas fueron cifras históricas, que se dieron por la combinación de compras en el bund alemán -que ayer volvió a marcar mínimos inéditos desde la creación del euro en el 1,127% en el intradía- y las ventas masivas de bonos españoles, que propiciaron que su rendimiento se fuera hasta el también histórico nivel del 7,5%.
El tiempo se acaba
Pero el dato más preocupante no fue que la deuda a diez años cerrase su sexta sesión (no consecutiva) por encima de la ya famosa cota de no retorno, sino que el pánico se extendiera al resto del papel español; salvo en los tramos más cortos de la curva, el rendimiento del resto de bonos también superó el 7%. "La lectura de esto es simple: da igual el plazo, los inversores entienden que hay el mismo riesgo a tres que a treinta años, y por tanto lo que se descuenta son problemas de pago", afirma Miguel Paz desde Unicorp.
La conclusión que se desprende es que España está al borde de la asfixia. Y mientras, el calendario no se detiene: hoy, el Tesoro vuelve a jugársela en una subasta clave, en la que pretende captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros en letras a tres y seis meses. La anterior subasta, de bonos y obligaciones, que se celebró el jueves pasado, terminó con resultados ruinosos, con el bono a dos años ofreciendo un interés del 5,2%.
El otro frente que debe combatir el Tesoro lo abrió la Comunidad Valenciana el viernes; al solicitar ayuda económica al Estado, se han avivado los temores de que España no pueda afrontar sus compromisos financieros. "El mercado es especialmente sensible al problema de balance de la banca y de las Comunidades Autónomas, por lo que si el Estado asume la deuda en ambos casos, tarde o temprano tendrá que solicitar un rescate", explica Félix González, de Capitalia Familiar.
Todos estos indicadores parecen conducir a un único desenlace: el rescate total de la economía española, en ausencia de las "muy específicas" actuaciones por parte de entidades ajenas al Estado a las que se refirió ayer el Ministro de Economía Luis de Guindos en alusión al BCE, que ayer hizo público que ya acumula 19 semanas sin adquirir deuda periférica.
De Guindos declaró que España no sería rescatada "en absoluto". Los analistas disienten. "El rescate a España es evidente que será necesario, lo que hay de preguntarse es cuándo, cómo y por cuánto", aseveran desde Capitalia Familiar. Javier Flores, de Asinver, puntualiza que el rescate es "evitable, pero a un coste político que no está dispuesto a asumir el Gobierno; les resulta electoralmente más conveniente llevarnos al proceso de rescate bajo la excusa de que es una situación inevitable provocada desde el exterior por la inacción del BCE". El experto se remite a casos como los de Grecia o Portugal para añadir que "las compras de deuda no resuelven el problema ni abren el mercado, solamente dan algo de tiempo", para concluir: "La solución no puede pasar por esconder bajo la alfombra del BCE nuestros problemas".
Entretanto, la brecha sigue abriéndose en Europa. Italia siguió la estela española, al repuntar su prima de riesgo hasta los 516 puntos. En cambio, se vieron rentabilidades negativas en la deuda de Alemania, Suiza, Francia y Dinamarca. Asimismo, las letras y bonos de menor vida de Finlandia, Austria y Bélgica batieron mínimos históricos.
"Las subastas plenas de liquidez del BCE sirvieron para que la deuda española pasara de tenedores no residentes a tenedores residentes. Así que el problema de España se queda en España", explican desde Unicorp. "Se suma a su valor refugio el hecho de que la liquidez retirada del BCE al bajar al 0% su remuneración, se ha dirigido a la compra de deuda a corto plazo de estos países", completan desde Asinver.
Otra explicación, la dada por Javier Benito, de JB Inversiones, apela a la irracionalidad de los mercados: "Alemania hasta la fecha ha conseguido beneficiarse de los problemas de los países periféricos, se financian a coste cero y tienen un euro que cotiza por debajo de los 1,21 dólares".