La eliminación de la deducción por compra de una vivienda a partir del próximo ejercicio para los futuros compradores ha dejado coja a una de las dos patas principales que sustentaba la desgravación del contribuyente. Esta medida forma parte del nuevo lote de recortes sin precedentes anunciado esta semana por el Gobierno español, entre los que también está la subida del IVA y la suspensión de la paga extra de Navidad para los funcionarios, que busca ahorrar 65.000 millones de euros del déficit público en dos años y medio.
La pregunta para el ahorrador es ¿qué opciones tendrán los nuevos compradores para abaratar su factura fiscal de cara al nuevo año?
La presión de la Unión Europea para que España eliminara las bonificaciones fiscales a la compra de viviendas ha obligado al Ejecutivo a echar atrás una de las primeras medidas que recuperó Mariano Rajoy cuando llegó a la Moncloa con la intención de reanimar el mercado inmobiliario, que encadena a día de hoy 15 meses seguidos de descensos en las compras. La deducción consiste en un 15% sobre una aportación máxima de unos 9.000 euros. Una opción que el Gobierno saliente de José Luis Rodríguez Zapatero dejó sólo al alcance de los contribuyentes con las rentas más bajas.
"La deducción por adquisición de vivienda habitual era, con carácter general para el ciudadano de a pie, la única deducción por inversiones que se aplicaba a la cuota del IRPF. Eliminada esta deducción, sólo cabe utilizar el diferimiento de las aportaciones a Planes de Pensiones en el impuesto de la renta de la base general y aprovechar el límite de los 1.500 euros de dividendos exentos en la Base del Ahorro", explica Victoria Rubio, asesora fiscal de Citibank España.
Otras vías para ahorrar
Si bien es cierto que la suspensión de la desgravación por la compra de vivienda sólo desaparece para aquellos que compren vivienda a partir de enero, fuentes conocedoras de la materia aseguran que algunos especialistas, como inspectores de Hacienda, temen ya que en un futuro la eliminación de la deducción pueda tener carácter retroactivo. Con estas expectativas, los expertos consultados por elEconomista coinciden en apuntar que los planes de pensiones son la mejor opción para aquellos que se queden sin poder rebajar la factura fiscal por esa vía. Los planes de pensiones permiten al contribuyente ahorrar a largo plazo mediante aportaciones, que suelen animarse en esta fecha del año coincidiendo con la paga extra del verano (aunque el calendario de aportaciones tiene las fechas marcadas sobre todo en los últimos días del año), para completar en el futuro la jubilación. Eso sí, a cambio de comisiones elevadas.
Este tipo de productos no arrojan en estos momentos grandes rentabilidades por la inestabilidad que hay en el mercado de renta variable y de renta fija. Según los datos de Morningstar, sólo los planes de pensiones monetarios, defensivos y de renta fija en euros calificados con cinco estrellas -la máxima nota- se mantienen de media en positivo en el año, siendo la renta fija en euros la que más rentabilidad arroja frente a las categorías de renta variable europea y de la eurozona que registran pérdidas del 4,6% y un 14,5%, respectivamente. [En el gráfico aparecen los planes de pensiones con cinco estrellas Morningstar con más rentabilidad anualizada en las distintas categorías].
Fuentes consultadas aseguran que los contribuyentes siguen teniendo la opción de desgravarse con otro tipo de sistemas de previsión social como los fondos de pensiones, seguros concertados con mutualidades de previsión social, planes de previsión asegurados, planes de previsión social empresarial, seguros privados que cubran el riesgo de dependencia severa o de gran dependencia, además de poder hacerlo también mediante el alquiler de vivienda, la cuenta ahorro-empresa si usted es un emprendedor que va a constituir una nueva empresa y a través de las deducciones autonómicas que van en función de su renta.
¿De verdad volverá el 19% en 2014?
Los ajustes anunciados el miércoles no son los primeros que efectúa el Gobierno. El desfase en el déficit público ya obligó a Mariano Rajoy a anunciar en diciembre del año pasado una subida de impuestos temporal, en principio, vigente sólo hasta 2014. Una subida basada en el aumento del IRPF para quienes cobraran más de 12.000 euros al año y en el aumento del tipo impositivo al ahorro. Esta última implica que el dinero que hasta entonces tributaba a un máximo del 21%, ahora puede llegar a hacerlo al 27% (ver gráfico).
Los españoles no pueden evitar pagar más en concepto de IRPF, pero sí hay fórmulas para sortear el mayor tributo a las rentas de capital y continuar abaratando la factura fiscal. Se trata de diferir el pago de impuestos hasta dentro de dos años. Hay productos que lo permiten y otros que no. Entre los que sí es posible se encuentran los depósitos que consientan que el abono de intereses se produzca al vencimiento de dos años -cuando, en teoría, deja de estar en vigor la nueva tributación-, y no periódicamente. Y también las emisiones de renta fija privada a corto plazo, como son los pagarés.
"La falta de incentivos fiscales a la inversión para el mediano ahorrador hace cada vez más necesario un adecuado planteamiento de los productos a mantener en cartera, en función de la naturaleza de las rentas que generan y del momento de su devengo", señala Victoria Rubio, de Citibank. "Con ello, podrán aprovecharse las compensaciones fiscales y se evitará la acumulación de rentas a efectos de IRPF, lo que resulta especialmente relevante tras la elevación de los tipos del ahorro hasta el 27%, si superan los 24.000 euros", añade.
De hecho, el ahorro en impuestos que supone diferir, por ejemplo, un depósito a dos años es significativo, aunque también es progresivo. Pero la pregunta clave que se tiene que plantear un inversor es a partir de qué cantidad los intereses que genera su ahorro sobrepasarían el primer tramo fiscal, es decir, el 21 %. Pues bien, la respuesta es que si invirtiera unos 175.000 euros en un depósito, que remunere a un tipo de interés del 3,5%, su ahorro pasaría a tributar ya en el segundo tramo impositivo, establecido en el 25%.