Bolsa, mercados y cotizaciones

España se somete hoy a la subasta de bonos con la prima en máximos

El fin: captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros. El medio: mediante la venta de bonos a dos, cinco y siete años. El desafío: hacerlo a unos costes de financiación soportables. La realidad: que será muy difícil conseguirlo. Estas son las coordenadas en las que se desarrollará hoy la subasta, una más, que afrontará el Tesoro Público.

La reválida será de las de verdad. Porque esta vez sacará al mercado títulos a medio y largo plazo, que son más difíciles de colocar que las letras, y porque la presión sobre la deuda española continúa siendo formidable, hasta tal punto que está convirtiendo cada emisión en una tortura para la sostenibilidad de las finanzas públicas.

Sobre todo, tras sesiones como la de ayer. Las ventas de bonos con pasaporte español volvieron a arreciar, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos baja. La rentabilidad de los bonos a 10 años escaló del 6,82 al 6,96 por ciento, de nuevo al límite del peligroso nivel del 7 por ciento. Siguiendo su estela, la prima de riesgo, que mide la diferencia el interés adicional que exigen los inversores a los bonos españoles sobre los alemanes a 10 años, se disparó de los 559 a los 576 puntos básicos, que constituye el cierre más alto de la historia.

Factura más cara

Pero las dudas no dejaron huella únicamente en la deuda a una década. Por encima incluso de los títulos a 10 años, la desconfianza se sintió principalmente en los bonos a dos y cinco años, cuyo rendimiento aumentó, respectivamente, del 4,72 al 5,01 por ciento y del 6,12 al 6,33 por ciento. O lo que es lo mismo, la presión vendedora se concentró en las referencias fundamentales para la subasta que realizará hoy el Tesoro, puesto que colocará títulos a dos, cinco y siete años.

En concreto, el organismo emisor colocó en junio bonos con vencimiento en octubre de 2014 y julio de 2017 a un rendimiento medio del 4,33 por ciento y del 6,07 por ciento, respectivamente. Ayer, en el mercado secundario, la plataforma en la que cotizan los títulos tras haber sido emitidos, su rentabilidad subió hasta el 5,19 y el 6,41 por ciento, respectivamente. Por tanto, hoy, cuando el Tesoro vuelva a emitir títulos con esa misma fecha de caducidad, tendrá que encarar unos costes más altos que los de hace un mes. En cuanto a las obligaciones con vida hasta octubre de 2019, la última vez que las emitió fue en febrero. Entonces, las colocó al 4,83 por ciento; ayer, su rendimiento en el mercado secundaría se encontraba en el 6,65 por ciento.

Mantener abierto el mercado

Estos rendimientos ponen de relieve que las emisiones de deuda a medio y largo plazo constituirán los verdaderos exámenes para la credibilidad española. Será en ellas en las que el Tesoro Público tendrá que demostrar que España todavía es capaz de conseguir por sus propios medios el dinero que necesita para financiar las arcas públicas y pagar las deudas contraídas en el pasado.

El problema reside en la extrema presión que proviene del mercado. Ni el plan de rescate tejido para la banca, ni el mayor plazo concedido por Europa para reducir el déficit público ni los recortes del Ejecutivo español están aplacando la desconfianza. "Es una cuestión de tiempo. El mercado demanda resultados, pero tiene dudas de que los ajustes anunciados por el Gobierno consigan su propósito en medio de la debilidad que muestra la economía", subraya Pablo Guijarro, consultor de AFI.

WhatsAppFacebookFacebookTwitterTwitterLinkedinLinkedinBeloudBeloudBluesky