La crisis actual se ha llevado por delante muchas cosas, incluso conceptos de la teoría económica se han visto superados por los hechos. Entre las últimas víctimas figura el límite cero en las rentabilidades nominales, que señala que no pueden existir rendimientos negativos en la deuda, ya que nadie estaría dispuesto a aceptarlo al resultarle más beneficioso mantener el dinero en forma de liquidez.
Sin embargo, el pánico que impera en los mercados ha hecho que varios países hayan logrado emitir deuda por la que han cobrado intereses a sus acreedores. Los inversores compran estos activos a modo de cajas fuertes, prefiriendo pagar por que se custodie su dinero, ya que lo ven menos arriesgado a mantenerlo como liquidez en un banco por las dudas sobre la viabilidad de las entidades financieras. Gracias a esto, ayer se sumaron Bélgica y la Facilidad Europea de Estabilidad Financiera (FEEF) a una lista que ya incluía a Alemania, Suiza, Holanda, Dinamarca y Francia. En concreto, el fondo europeo colocó 1.488 millones de euros en letras a 6 meses a un interés del -0,0113 por ciento, mientras que la Agencia Belga de Deuda captó 1.525 millones en letras a un trimestre por un rendimiento del -0,016 por ciento.
Además, Bruselas apenas afrontó un coste de financiación por su papel a un año, los inversores se conformaron con una rentabilidad del 0,04 por ciento. Es más, la pérdida de atractivo en rentabilidad no incidió en el apetito de los inversores por estos títulos, en el caso de la subasta de la FEEF, ya que la ratio de cobertura fue de 2,97 veces frente a las 2,06 de la anterior emisión.
Austria se sube al carro
Pero no sólo en el mercado primario se esta poniendo de moda que la deuda la pague el acreedor y no el deudor. Ayer en el mercado secundario, el bono austriaco a dos años llegó a registrar durante la sesión una rentabilidad negativa del -0,018 por ciento, aunque durante la sesión cambió el signo a su rentabilidad y cerró a un interés del 0,076, un día después de que Alemania, por primera vez en su historia, registrara un rendimiento negativo en su deuda a tres años también en el mercado secundario.