Después de más de dos meses en los que la Reserva Federal ha dominado por completo la evolución de Wall Street, para lo bueno y para lo mano, llega la primera semana en que la atención puede distraerse del futuro de los tipos en EEUU.
Porque esta semana, los dos referentes más importantes no tendrán que ver ni con Bernanke ni con la inflación: el inicio de la temporada de resultados en EEUU y la reunión del Banco de Japón.
Bueno, no tendrán que ver... relativamente. Si los resultados empresariales mantienen la extraordinaria fortaleza de trimestres anteriores y siguen creciendo por encima de su tendencia, cuestionarán el escenario de aterrizaje suave en el que se basan las expectativas de un fin inmediato a las alzas de tipos.
Y si los tipos suben en Japón, como todo el mundo espera, se habrá cerrado el círculo del global tightening (endurecimiento monetario global), con el simbolismo añadido de que lo haga un país que sale de casi una década de deflación. Se abriría un escenario más propenso al estallido de las burbujas que a la continuidad de la alegría bursátil.
Las citas empresariales
El caso es que hoy comenzará la temporada de resultados con los del fabricante de aluminio Alcoa, como es tradicional en EEUU. El martes tendremos al gigante de la biotecnología Genentech, el jueves saldrán los de Pepsi y Tribune y el viernes llegará el dinosaurio de General Electric, la segunda mayor compañía del mundo. La cita con el Banco de Japón tendrá lugar el viernes; si sube los tipos, será la primera vez desde 1990.
En España, tendremos hoy la ampliación de capital de Inmocaral. FCC y Tubos reunidos pagan dividendos. El miércoles, sale el precio definitivo de la OPA de BME (entre 26,3 y 33,5 euros por acción) y el viernes Lanetro nos dará su precio de salida que podría estar entre 6 y 8 euros. El jueves finaliza el plazo de aceptación de la OPA lanzada por Mittal sobre Arcelor.
Referencias macroeconómicas
En EEUU también habrá algunas referencias económicas esta semana, aunque de mucha menor magnitud que el dato de empleo del viernes, que –junto con 3M– provocó el desplome con que Wall Street cerró la semana. Y es que el dato abona el escenario tan temido de ralentización del crecimiento (el empleo creció mucho menos de lo esperado) con presiones inflacionistas (los salarios sí batieron las expectativas), que es el mayoritario entre los economistas de Wall Street.
Hoy conoceremos el dato de inventarios mayoristas y el de crédito al consumo, el miércoles saldrá la balanza comercial y el jueves, el déficit público. Pero el viernes será el día más importantes, con los inventarios empresariales, las ventas minoristas y el índice de confianza del consumidor de la Universidad de Michigan.
¿Qué opinará Wall Street?
Con todo esto, se hace difícil predecir cómo puede reaccionar Wall Street, que la semana pasada tocó su primera resistencia en el camino hacia los máximos anuales y no pudo con ella.
Al final, siempre habrá excusas para cualquier comportamiento: si sube con unos buenos resultados económicos, será que hay alivio porque las alzas de tipos no van a provocar una recesión; y si baja con esos buenos resultados, será que la economía sigue muy fuerte y la Fed va a subir los tipos más allá de agosto.
Pueden ustedes imaginar qué dirán los analistas si los resultados salen débiles y la bolsa sube... o baja.