Francia perpetró ayer en su subasta de letras un atentado contra la lógica. Al país galo no sólo no le costó nada financiarse a 3 y 6 meses, sino que los ahorradores aceptaron intereses negativos, o lo que es lo mismo, los acreedores al vencimiento habrán pagado al emisor por comprar su deuda más dinero del que este les tiene que devolver, pese a que a los inversores mantener el dinero en efectivo les hubiera resultado más rentable.
En concreto, el Tesoro francés colocó un total de 5.910 millones de euros, de los cuales 3.917 millones fueron en letras a 3 meses por las que el interés medio fue del -0,005% frente al 0,05% que pagó el Estado en la subasta precedente. Además emitió otros 1.993 millones en papel a seis meses a un rendimiento del -0,006% respecto al coste de financiación del 0,096% de la anterior emisión de títulos a un semestre. Por otro lado, el Estado galo subastó otros 1.793 millones de euros en deuda con vencimiento a doce meses por la que, esta vez sí, el rendimiento ofrecido fue positivo, aunque bajó hasta el 0,013%, contra el 0,163% de la colocación anterior
Además, se vio un mayor apetito por parte de los inversores hacia la deuda gala. Así, la ratio de cobertura en papel a un trimestre fue de 2,3 veces frente a las 1,8 anteriores.
A 6 meses la demanda superó a la oferta en 3,2 veces frente a las 2,8 precedentes y a un año fue del 2,8 frente al 2,4 precedente.
