Bolsa, mercados y cotizaciones

Del sueño a la realidad: el Ibex cae un 5%

Los números verdes, tan caros de ver este año en la bolsa española, habían tomado el mando. Cuatro semanas alcistas consecutivas traía el Ibex 35, una secuencia en la que había remontado un 17 por ciento. Había que retroceder hasta marzo de 2009, cuando los parqués mundiales iniciaron el rebote posterior a la quiebra de Lehman Brothers, para encontrar una racha mejor. Demasiado bonito para ser verdad. Y más teniendo en cuenta cómo está Europa. De ahí que la realidad haya vuelto a despertar al Ibex de su sueño alcista.

Tres jornadas seguidas en negativo han bastado y han sobrado para provocar el retorno de los números rojos, que en el conjunto de la semana han alcanzado el 5,1 por ciento, incluyendo el 3,1 por ciento que cedió ayer. De un plumazo, el índice español, que había saltado por encima de los 7.200 puntos, se ha visto frenado hasta los 6.738,9 puntos.

Las causas no son nuevas. Más bien son las de costumbre. Por un lado, una reunión de política monetaria en la que el Banco Central Europeo (BCE) hizo menos de lo anhelado por el mercado. Es cierto que redujo los tipos de interés del 1 al 0,75 por ciento, el nivel más bajo de la historia, y que recortó el interés de la facilidad de depósito del 0,25 al 0 por ciento, algo que tampoco tiene precedentes, pero también lo fue que no hizo nada más. Ni convocó nuevas operaciones de financiación bancaria a largo plazo ni anunció que retomará las compras de deuda en el mercado, mostrando una pasividad que decepcionó a los inversores.

Por otro lado, Europa continúa sin concretar los supuestos acuerdos que se alcanzaron en la Cumbre de los días 28 y 29 de junio, consistentes sobre todo en la recapitalización directa de los bancos y la compra de deuda pública por parte de los fondos de rescate. Es más, lejos de consolidarlos, cada vez muestran más fisuras. Las está generando, principalmente, Finlandia, que ha puesto en duda la aplicación de esas iniciativas e incluso ha advertido de la posibilidad de salirse del euro.

Para rematar la faena, Estados Unidos tampoco ha transmitido ánimos, precisamente. Todo lo contrario, puesto que su economía sigue transmitiendo síntomas de debilidad. En junio, el mercado laboral sólo fue capaz de generar 80.000 puestos de trabajo, cuando las previsiones contemplaban 100.000. Es el tercer mes consecutivo en el que la mayor potencia del mundo crea menos de 100.000 empleos, un ritmo insuficiente para reducir la tasa de paro, que permanece en el 8,2 por ciento, cuando su media en los últimos 50 años se limita al 6,1 por ciento.

Estos débiles datos provocaron caídas superiores al 1 por ciento en Wall Street, que condenaron a que los principales índices sufrieran caídas que rondaron el punto porcentual en el conjunto de la semana. En Europa, los descensos semanales se han movido entre el 0,1 por ciento del Dax alemán y el 3,8 por ciento del FT/Mib italiano.

De nuevo al 7%

Si el desbarajuste europeo ha afectado a la renta variable, su impacto ha sido aún mayor en la deuda pública. Especialmente en la española. Las ventas han vuelto a prender con fuerza, con el consiguiente repunte de los rendimientos, que suben cuando el precio de los títulos cae. La rentabilidad de los bonos españoles a 10 años, que el martes llegó a bajar hasta el 6,24 por ciento, ha terminado la semana en el 6,95 por ciento, aunque el viernes superó provisionalmente la insostenible cota del 7 por ciento. A su rebufo, la prima de riesgo, que mide la diferencia entre el rendimiento de los bonos españoles y alemanes a 10 años, ha finalizado la semana en los 563 puntos básicos, cuando apenas tres jornadas antes había caído hasta los 471.

Italia, que sigue a España en la lista de los países que generan ahora más preocupación, también ha sentido la presión. La rentabilidad de sus bonos ha subido del 5,82 al 6,03 por ciento en el conjunto de la semana y su prima de riesgo, de los 424 a los 470 puntos básicos. Al mismo tiempo, el retorno de la desconfianza ha catapultado igualmente al seguro contra el impago (CDS) de la deuda española, que se despide en los 577 puntos básicos tras haberse moderado hasta los 491 a comienzos de semana. Esta escalada ha contrastado con la caída del CDS de Irlanda, que ya está en los 542 puntos, por debajo del español.

El zarpazo de la incertidumbre ha alcanzado también al euro. La moneda única se ha depreciado un 3,1 por ciento, en el transcurso de la semana, contra el billete verde, hasta los 1,228 dólares, con un mínimo de 1,226, su cambio más bajo en dos años.

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