Bolsa, mercados y cotizaciones

Marzo airado

Raimundo Díaz

Madrid, 8 mar (EFECOM).- La bolsa española perdió esta semana el 3,64 por ciento, perjudicada por el empeoramiento de la economía estadounidense y el encarecimiento del euro y del petróleo.

La debilidad de la mayor economía mundial, que según algunos comentarios e informes podría estar en recesión, afectó notablemente a la cotización del euro y del petróleo, la elevó hasta máximos históricos y separó todavía más a los inversores de la bolsa.

La historia de esta semana empezó la anterior, cuando la revisión a la baja del PIB estadounidense del último trimestre determinó la caída del 2,5 por ciento del mercado neoyorquino en la última sesión de febrero.

Por esta circunstancia, por el empeoramiento de la actividad industrial estadounidense, por la elevada inflación de la zona euro -3,2 por ciento en febrero- y por los récord que iban alcanzado el petróleo, el euro, el oro -en 1.000 dólares la onza-, etc., la bolsa empezó marzo con un retroceso del 2,34 por ciento, la quinta mayor caída del año, y la pérdida del nivel de 13.000 puntos.

A todo esto hubo que sumar la sensación de fragilidad de la economía estadounidense y las nuevas noticias sobre el penoso estado de la actividad inmobiliaria, hipotecaria y financiera del país.

Así, el presidente de la Reserva Federal, Ben Bernanke, pidió a los bancos más flexibilidad a la hora de cobrar las hipotecas, se conoció la suspensión de pagos de Thornburng Mortgage, los problemas de las aseguradoras de bonos y la retirada del prometido apoyo a esta del multimillonario Warren Buffet.

Empezaba marzo airado, pues el martes bajaba el 1,81 por ciento, pero encontraba alivio el miércoles con un rebote del 2,52 por ciento, la tercera mayor subida del año, con la ligera recuperación de la actividad del sector servicios estadounidense.

El último tramo semanal confirmaba los temores del mercado: el Banco Central Europeo (BCE) mantenía los tipos de interés e indicaba que seguiría con esta política por los riesgos inflacionistas, además de certificar con sus previsiones la desaceleración de la economía europea y adelantar el alza de los precios.

El remate de este revuelto período lo pusieron los datos de empleo estadounidenses de febrero, mes en el que se destruyeron 63.000 puestos de trabajo, cuando los analistas esperaban que se crearan 23.000.

Con las pérdidas de Wall Street, el desplome del dólar, que hacía que el euro subiera hasta el máximo de 1,545 dólares e influía en la cotización del petróleo Brent, que se aproximaba al récord de 104 dólares, el mercado nacional remató una semana nefasta.

De esta manera, de las treinta y cinco compañías que componen el índice bursátil Ibex-35, bajaron veintiocho y subieron siete.

La mayor caída correspondió a Inmobiliaria Colonial, el 10,77 por ciento, perjudicada por el retraso en la presentación de una oferta de compra por parte del fondo de Dubai.

Sacyr cayó el 10,2 por ciento, después de comunicar que su beneficio había aumentado el 74,5 por ciento el año pasado y de que circularan rumores de que estaba en suspensión de pagos, mientras que Cintra perdió el 9,68 por ciento por el descenso del tráfico en sus autopistas estadounidenses.

En cuanto a las empresas con ganancias, en el primer lugar se situó Gamesa al subir el 5,89 por ciento, animada por un informe favorable y la pujanza del sector de energías renovables.

Por su parte, Grifols ganó el 5,59 por ciento al seguir aprovechando el tirón de sus resultados y tras anunciar que subirá el precio de sus productos, en tanto que Iberdrola ganó el 4,39 por ciento y su filial Renovable, el 3,33 por ciento.

Respecto al resto de grandes valores, Repsol no aprovechó la subida del crudo y perdió el 8,58 por ciento, en tanto que los bancos fueron vapuleados por el renacer de la crisis hipotecaria, con lo que BBVA bajó el 5,96 por ciento y Banco Santander el 5,2 por ciento, en tanto que Telefónica perdió el 5,09 por ciento.

La próxima semana, en la que el Ibex partirá de 12.691,30 puntos mercado estará pendiente de los datos del IPC alemán, español y estadounidense, así como de la confianza inversora alemana (índice ZEW) y de las declaraciones del presidente del BCE, Jean Claude Trichet. EFECOM

jg/mdo

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