Bolsa, mercados y cotizaciones

España asfixia al euro lo que Grecia desahoga en las urnas

Grecia no es el único foco de preocupación latente en el mercado. Así lo demostró ayer el comportamiento de la renta variable y el de la renta fija. Si hasta ahora la tensión que asola a los mercados se ha justificado, en gran medida, por la incertidumbre que generaban las elecciones en el país heleno, el triunfo obtenido por los partidos conservadores defensores de que Grecia permanezca en la eurozona no fue capaz de impulsar a la moneda única, que cedió frente al billete verde un 0,51 por ciento, hasta los 1,2573 dólares.

Sin embargo, el euro no empezó la sesión perdiendo terreno. Al revés, ya que en los primeros compases de la sesión, la divisa europea logró repuntar un 0,87 por ciento, hasta el nivel de los 1,2748 dólares. Entonces,¿por qué giro en la sesión?

Varias son las razones que justificaron su comportamiento. En primer lugar, pese a la victoria de Nueva Democracia, aún no está del todo claro que Grecia vaya a lograr formar un Gobierno estable con el que permanecer dentro de la zona euro. Para ello, Samarás, el ganador de las elecciones legislativas, inició ayer el proceso para formar un Gobierno de coalición, un procedimiento que lleva tiempo.

La segunda causa que justificó ayer el retroceso de la moneda única fue la preocupación que sigue despertando España y, cada vez más, Italia. Pese a la ayuda aprobada a la banca española hace más de una semana, de hasta 100.000 millones de euros, la ausencia de detalles en el modo en que se va a materializar sigue generando desconfianza entre unos inversores que cada vez exigen más a todo aquello que sea made in Spain.

"La resistencia clave para el euro se sitúa en los 1,265 dólares", señala Miguel Ángel Paz, de Unicorp. "La sorpresa que podría hacer que estas resistencias se rompan sería una actuación de los bancos centrales", añade el experto. En la misma línea, Daniel Pingarrón, analista de IG Markets, señala que "los mercados exigen un plan completo de viabilidad de la divisa común, que pase por un cambio sustancial en el enfoque de la crisis de deuda y de la recesión que sufrimos. De la cumbre del G20 cabe esperar un nuevo aumento de la presión hacia Merkel". De ahí que lo que suceda en las próximas semanas sea esencial, empezando por la cumbre que reunirá a los líderes de Alemania, Francia, Italia y España, en la que podría surgir un preacuerdo para reforzar la integración económica; para continuar con su oficialización en la cumbre prevista para el próximo 28 y 29 de junio.

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