Bolsa, mercados y cotizaciones

El Tesoro, ante el desafío de mantener abierto el acceso de España al mercado

En el momento más tenso para la deuda pública española en las dos últimas décadas, el Tesoro Público se someterá desde hoy a un doble examen en apenas 48 horas. Dos desafíos que, en realidad, confluyen en uno solo que alcanza dimensiones imposibles de imaginar hace unas semanas: demostrar que España sigue teniendo acceso a los mercados. 

O lo que es lo mismo, la advertencia lanzada el 5 de junio por el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, en referencia a que España comenzaba a tener problemas para financiarse, se está convirtiendo en realidad en un tiempo récord. Así de lejos han llegado las cosas, confirmando que lo que no mejora, empeora.

La primera reválida tendrá lugar hoy, jornada en la que el Tesoro intentará captar entre 2.000 y 3.000 millones de euros con la colocación de letras a 12 y 18 meses. Hace un mes, los títulos a un año salieron al mercado con un rendimiento medio del 2,98 por ciento, que en el caso de las letras a 18 meses alcanzó el 3,30 por ciento. Pero la situación ha cambiado mucho desde entonces... a peor. Tomando como referencia la evolución de los bonos a dos años, que sirven como referencia para las letras, en el último mes su rendimiento se ha disparado un 45 por ciento. Si este incremento se trasladara a los intereses que desembolse hoy el Tesoro, las letras a 12 y 18 meses podrían salir al mercado con una rentabilidad media situada entre el 4,25 y el 5 por ciento, la más alta desde noviembre.

No sería casual que volviera a los rendimientos de hace siete meses, puesto que la mini-prima de riesgo, que mide la diferencia entre la rentabilidad de los bonos españoles y alemanes a dos años, también ha retrocedido siete meses en el tiempo. Ayer se amplió hasta los 542 puntos básicos, el nivel más alto desde noviembre, cuando escaló hasta los 563 puntos.

Estrategia defensiva

Esta ascensión tampoco supone una buena noticia ante la segunda reválida de la semana. Tendrá lugar el jueves, y en este caso subastará bonos con vencimiento en 2014, 2015 y 2017. Consciente de que esta operación puede resultar más problemática -las letras a 12 meses son los productos más fáciles de vender de cuantos emite-, el organismo emisor se ha fijado una meta menos pretenciosa. En concreto, se ha propuesto lograr entre 1.000 y 2.000 millones de euros, cuando en la misma subasta de mayo estableció como objetivo captar entre 1.500 y 2.500 millones de euros.

En el mercado secundario, la plataforma en la que cotizan los títulos tras haber sido emitidos, el rendimiento de los bonos a dos, tres y cinco años oscila entre el 5,45 y el 6,55 por ciento, con lo que el Tesoro podría desembolsar los mayores intereses de 2012.

Al mismo tiempo, en esta subasta se podría sentir con más claridad otro de los riesgos que están aflorando, consistente en una menor presencia de inversores: por un lado, los extranjeros se están batiendo en retirada de la deuda española; y por otro, los bancos nacionales tienen difícil seguir acaparando las emisiones. "El problema es que los bancos españoles se están quedando sin capacidad de incrementar su exposición a la deuda pública española y se están limitando a acudir a las subastas para que se cubra la oferta. Además, en el mercado secundario de bonos no hay suficientes compradores. Y como no hay compradores y sólo vendedores, la lógica hace que la rentabilidad de nuestros bonos vayan de máximos a máximos" explica Miguel Paz, de Unicorp Patrimonio.

Situación extrema

El Tesoro Público, por tanto, afronta ambas subastas en medio de un contexto que cada vez se fía menos de España. Aunque los recelos vienen de lejos, las dudas se han disparado desde comienzos de mayo con el estallido del caso Bankia, la segunda reforma financiera del Gobierno y, ya de forma definitiva, con el rescate bancario anunciado el pasado 9 de junio.

Con el rendimiento de los bonos a 10 años por encima del 7 por ciento y la prima de riesgo en los 575 puntos básicos, los expertos tienen claro que el tiempo se acaba. "La deuda española no resistirá la ausencia de medidas de calado durante las próximas tres semanas", advierte Daniel Pingarrón, estratega de mercados de IG Markets. ¿Y si no se toman? Pues el riesgo de que el mercado cierre la puerta a España crecería por momentos, con lo que ello supone.

"Sacar a España del mercado sería una apuesta muy arriesgada para los legisladores europeos, pues agotaría los fondos de soporte disponibles, avivando a la vez la especulación sobre Italia. Irlanda y Portugal han mostrado que volver al mercado es un gran desafío, incluso para los países que están siguiendo diligentemente el programa que les ha marcado la troika", avisa Tristan Cooper, analista de deuda soberana de Fidelity.

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