Horas antes de que Bernanke insinuase que la Reserva Federal está dispuesta a actuar, el Banco Popular de China (BoCh) ya había movido ficha, y por sorpresa, al recortar en un cuarto de punto porcentual los tipos de interés, del 6,56 al 6,31 por ciento.
Es la primera vez que la principal entidad monetaria del gigante asiático toma esta medida desde diciembre de 2008, fecha desde la que había elevado el precio del dinero hasta en cinco ocasiones. No fue la única medida que tomó ayer el BoCh; también decidió recortar en otros 25 puntos básicos el tipo de interés al que se referencian los depósitos a un año, hasta el 3,25 por ciento.
Estas medidas son el último paso que quería dar la institución, que anteriormente, y para no recortar tipos, había modificado en varias ocasiones el coeficiente de reservas sobre capital de los bancos del país y depreciado el renmimbi para hacer la moneda más competitiva de cara a las exportaciones.
La bajada de tipos, encaminada así a moderar la desaceleración económica y combatir la deflación (fenómeno por el que se produce una caída generalizada de los precios), se encuadra dentro del proceso de enfriamento gradual del crecimiento económico en el que lleva subida la segunda economía mundial desde el comienzo del ejercicio debido a la ralentización del crecimiento global.
EEUU: let's twist again
Aunque el tono ayer del presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, estuvo exento de pánico, es cierto que no cerró la puerta en absoluto a una tercera ronda de estímulo cuantitativo (QE3). Aun así sus palabras, que destacaron aspectos positivos de la economía del país como las exportaciones, distaron de las de su mano derecha, Janet Yellen. La vicepresidenta del banco central de EEUU justificó abiertamente a última hora del miércoles la necesidad de un nuevo flotador para evitar que la economía del país se estanque.
Desde Goldman Sachs, su economista jefe, Jan Hatzius, lo dejó claro: "La Fed va a comprar una mezcla de hipotecas y bonos del Tesoro a largo plazo, financiados a través de la expansión de su balance y, posiblemente, lo aderezará con una extensión de sus previsiones hasta 2015". Para Haztzius, la nueva ronda de estímulo llegaría a final de mes... y la próxima reunión del Comité de Mercados Abiertos de la Fed se celebrará los próximos 19 y 20 de junio. Para Joseph LaVorgna, director de renta fija de Deutsche Bank, si la Fed se embarca en una nueva ronda de estímulos "dependerá en gran medida de lo que suceda en Europa". "Si la Reserva Federal decide embarcarse en una mayor expansión, es porque observa una rebaja de sus previsiones o fuertes riesgos negativos, como ocurrió en enero", añadió.
Fue por entonces cuando la institución puso en marcha la conocida como operación twist, consistente en la venta de bonos del Tesoro a corto plazo para comprar valores a largo plazo. Se prevé que esta medida expire a finales de junio. Cabe recortar que la Fed ha mantenido las tasas de interés de referencia en el país entre el 0 y el 0,25 por ciento desde finales de 2008 y ha expandido su balance de forma pronunciada hasta rozar los 3 billones de dólares, en un esfuerzo por mantener bajo control el coste de los créditos e hipotecas a largo plazo. A falta de las bolsas asiáticas, ya cerradas en el momento de ambos anuncios, ayer los parqués occidentales saludaron con alzas las decisiones de ambas institucioness (ver página 15). La posibilidad de un QE3 también propició que el oro perdiese los 1.600 dólares la onza.